Javier Olivera contactó desde San Rafael abogados para acceder al dinero que, precisamente, inmovilizó la Justicia para impedir que el prófugo se financie en la clandestinidad.
Javier Olivera -el cura del verbo encarnado que es hijo de uno de los dos represores sanjuaninos fugados en un episodio escandaloso del Hospital Militar de Buenos Aires- realiza gestiones desde San Rafael para destrabar los fondos de las cuentas de su padre, inmovilizados por la Justicia tanto para él como para sus familiares, con la idea de evitar que financien sus movimientos en la clandestinidad. No es el único que pidió asesoramiento legar para tal fin, sino que el entorno íntimo del represor está detrás de una herramienta que les permita usar esa plata.
Así se lo contó al diario Tiempo de San Juan Eduardo San Emeterio, el abogado que defendió a Jorge Olivera y Gustavo De Marchi, los militares fugados. “De (Jorge) Olivera no sé nada. El único contacto que he tenido ha sido con un hijo de él, el cura, porque el titular de AFIP les bloqueó las cuentas a todos los familiares, a los hijos, a la mujer, a la concubina de De Marchi, a todos los parientes. Entonces no pueden hacer nada. Ya han hecho acciones de amparo”.
San Emeterio consideró que el pedido de mover esa plata a través de acciones de amparo es justo: “Las sanciones tienen que ser respecto de Olivera y De Marchi, no contra los familiares”.
Cinco días después de la fuga, el Gobierno Nacional congeló las cuentas bancarias de los dos evadidos de la Justicia así como también de las sociedades de las que participan. Según anunciaron oportunamente los ministros de Justicia y Derechos Humanos Julio Alak, y de Defensa Agustín Rossi, también se instó a que la AFIP informe sobre el estado financiero de ambos ex militares. Todo para evitar que los fugados tengan apoyo financiero estando prófugos.
La medida, como es lógico, afectó a todo el círculo íntimo de parientes de los represores.
Sobre el hijo sacerdote, San Emeterio evaluó que “tiene votos de pobreza así que creo que recibe mil pesos por dar clases en un colegio religioso, pero él vive en la capilla, así que mucho no le preocupa, porque vive de las limosnas de las misas. El otro hijo es médico, no sé cómo se la va a arreglar. Es lógico que se asesoren, ¿qué tienen que ver los hijos (de Olivera) o la concubina (de DeMarchi)?".