142 millones 800 mil ciudadanos están habilitados para votar este domingo en las elecciones presidenciales de Brasil, lo que obliga a movilizar a 2,4 millones de funcionarios y jurados para atender el sistema electoral, cifras que hablan de la dimensión de la compulsa, en un país en el que 11 candidatos pelearán por la jefatura del Planalto.
En el país más grande de América Latina, con tres husos horarios, el voto es obligatorio a partir de los 18 años, y optativo de 16 a 17 y después de los 70. En 2010, cuando Dilma obtuvo el 47% de los votos en primera vuelta y 56% en el balotaje, votó el 82% del padrón general.
Aunque las chances de triunfo parecen limitadas a Dilma Rousseff, Aécio Neves y Marina Silva, hay otros 8 candidatos que pelean por la presidencia, en elecciones en las que se elegirán además gobernadores de los 27 estados entre 166 postulados.
Los votos renovarán además 27 bancas del Senado (la tercera parte) entre 172 candidatos, y todos los escaños de Diputados, 513, para los que hay 6172 anotados.
El sistema electoral brasileño incluye el voto electrónico, para lo que se montaron 530.000 urnas en 450.000 centros de sufragio, a los que se suman unos 200 puestos de votación en el exterior. Habrá rápidamente cifras muy avanzadas sobre el resultado (se estima que en cinco horas habrá resultados consolidados), aunque los números definitivos estarán el lunes.
El mayor padrón del país está en San Pablo, con casi 32 millones de potenciales votantes (22,4 del padrón), seguido de Minas Gerais, con 15,2 millones (10,68 %) y Río de Janeiro, con 12,1 millones (8,50 %).
El padrón tiene mayoría de mujeres -74,5 millones sobre 68,2 de hombres- y 10,8 millones de mayores de 70 años, cuyo sufragio tampoco es obligatorio.
Cualquiera que pretenda ser presidente en la noche del domingo debe lograr un voto más del 50 por ciento. Si no, habrá una segunda vuelta entre las dos fórmulas más votadas el 26 de este mes.
Fuente: Télam