La enorme mayoría de los berlineses detestaban el Muro que durante 28 años partíó su ciudad en dos, hoy que esa frontera de hormigón ya no existe, la moderna capital alemana descubre como lo que queda del Muro se convirtió en un principal atractivo turístico.
A menudo los berlineses suelen irritarse por una pregunta que los turistas realizan cada vez con mayor frecuencia: "¿Podría indicarme dónde esta el Muro?".
En realidad , si los turistas preguntan, es porque no queda gran cosa de la robusta y laberíntica estructura de hormigón de 155 km, que desde 1961 rodeó a Berlín del Oeste para transformarlo en un estratégico enclave en plena Guerra Fría.
Los cada vez mas numerosos turistas que se acercan a Berlín atraídos por su modernismo y vida nocturna, pretenden repasar la historia reciente frente a 'Die Mauer (El Muro) para tocarlo, fotografiarse y, si es posible, llevarse un trozo de recuerdo.
En esta sorprendente y cosmopolita metrópolis y pese a que 'La cortina de hierro' desapareció del paisaje urbano, los restos del Muro equivalen a nivel turístico para Berlin lo que la torre Eiffel es para París o la Plaza Roja a Moscú.
En esa linea, el mural 'Bruderkuss' (Beso entre hermanos), que representa el mítico beso en la boca entre Erick Honecker y Leonid Brezhnev, en la 'East Side Gallery' podría ser considerada 'La Gioconda' de la capital alemana.
En la actualidad, sólo quedan pocos metros en fragmentos aislados, entre ellos la 'East Side Gallery', cuyos 1.2 km coloridos por artistas bordean el rio Spree, o en la emblemática 'Bernauerstrasse', en el sitio de recuerdo del muro.
En una ciudad donde las transformaciones son constantes y donde su moderna arquitectura impacta por la mezcla entre resabios comunistas y edificios de vanguardia, son -principalmente- los actores económicos del turismo quienes protegen los vestigios del Muro, conscientes del potencial que representa para su actividad.
En 2013, impulsados por comerciantes del turismo, decenas de miles de personas se movilizaron para paralizar proyectos inmobiliarios en los alrededores de 'East Side Gallery', en el popular barrio Kreuzberg.
Entre las múltiples ofertas para el fin de semana del 25° aniversario de la caída del Muro, del cual se espera participen dos millones de personas, el sitio Visit Berlin reagrupo centenas de variopintas actividades turísticas en torno a la muralla.
Desde restaurantes que sirven un 'Menú del Muro', con platos típicos de la era soviética, a un hotel 'Pico del Muro', que propone una noche en habitación doble por 380 euros y la posibilidad de romper los paneles del Muro que se encuentran en el jardín con un pico para llevarse un recuerdo.
En Berlin se puede conseguir restos del Muro en todos los locales de recuerdos turísticos, opciones variadas que van de una piedrita coloreada en una postal por 2 euros a un cascote tamaño adoquín recubierto de vidrio por 12.99 euros.
En el sitio Berlin Story ofrece otra opción más costosa: 7.000 euros por un panel del Muro de 3.60 metros de alto por 1 metro de ancho.
El dia después de la caída del Muro, la RDA recibió pedidos para comprar pedazos de Muro. Las autoridades decidieron vender los restos de hormigón para aliviar sus finanzas, pero la decisión de vender el Muro generó polémica.
El diario bávaro Suddeutsch Zeitung estimó esta semana que existen trozos del Muro en más de 70 países.
Otro punto histérico del recorrido del Muro que se convirtió en un parque temático de atracciones, es el Cheekpoint Charlie, el mítico paso fronterizo inmortalizado por el cine y la literatura, hoy devenido un Disneylandia de la historia con museos y locales de comida rápida.
Fuente: Télam