A un año del cierre definitivo de la planta de Alpargatas en La Pampa, exempleados de la fábrica brindaron una conferencia alertando por la situación desesperante que atraviesan junto a sus familias. En la puerta de la abandonada instalación del Parque Industrial que en los noventa llegó a darle trabajo a más de 1.300 pampeanos, solicitaron una vez más a las autoridades que "hagan algo" por ellos.
Alpargatas, una empresa centenaria que nació en la Argentina pero que después pasó a ser de capitales brasileños y que hoy es dueña de la marca Havaianas y Topper en la Argentina, dejó de operar en el mercado textil local, donde producía denim, el material con que se hacen los jeans, y otros artículos.
Luego de tres años de ajustes, Alpargatas abandona la producción textil en Argentina
"Estamos desesperados, la indemnización que cobramos ya la gastamos. Esto no es solo a nivel nacional: cuando asumió Verna en 2015 había 500 personas trabajando, y fue decayendo la cantidad de gente pasando los años y nadie hizo nada… en 2018 éramos 200", contó uno de los exempleados, Fabián Presenza, cuyo testimonio fue recogido por el diario La Arena.
"Yo tenía una cultura de trabajo, pero ya no la tengo más. Desde que cerró la empresa no pude trabajar en nada. Le metí todas mis ganas a la fábrica y no aprendí nada: si me tenía que quedar a hacer horas extra me quedaba, y el tiempo que me sobraba lo pasaba con mi familia. No podía salir a hacer otras cosas o aprender a hacer otras cosas. Un curso a mí ahora no me sirve, porque tengo que esperar siete meses para aprender y después tengo que salir a competir con otros que también tienen esos cursos y más también. A mí me sirve un recibo de sueldo como el que tenía", agregó.
El secretario general de la Asociación Obrera Textil, Nerio Medina, trazó un panorama sobre la realidad de quienes desde hace casi un año no pueden encontrar trabajo. Contó que "los compañeros están gastando los últimos pesos de la indemnización, y algunos ya no tienen nada. La mayoría están desempleados o con trabajos precarios, haciendo changas, y muchos de ellos presentan cuadros depresivos… estamos todos muy preocupados".
Y cerró: "Somos casi todos compañeros de entre 40 y 50 años, que quedamos lejísimo de la jubilación, con todos los aportes hechos, y lejos también de la inserción laboral".
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