Lo ratificó en Mendoza

Fernández pesificará el mercado energético si es presidente: un conflicto de intereses en puerta

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Alberto Fernández aterrizó en Mendoza para sumarse a la campaña de Anabel Fernández Sagasti por la Gobernación.

Alberto Fernández ratificó que, si es electo presidente, desdolarizará el mercado energético nacional el mismo día que asuma el cargo. "Es una condición central" para que el país "vuelva a crecer", argumentó sin dar detalles del plan que dispondrá para su ejecución.

La decisión implica, inevitablemente, una reformulación integral de la política energética que trazó Mauricio Macri. Y ese giro conlleva el riesgo de un potencial conflicto con los intereses de los empresarios del sector. La medida, puntualizó Fernández, alcanzará a los combustibles y las tarifas de luz y gas, que conforman el último eslabón de la cadena del negocio energético.

Despegar los precios de ese segmento de la cotización del dólar no sería posible sin hacer lo mismo con la cotización del gas y el petróleo, a menos que se subsidien los desfases entre el peso y la moneda estadounidense. Fernández no explicitó su estrategia.

Los capitanes de la industria petrolera nacional sostienen que la cotización internacional en dólares del crudo es indispensable para proyectar planes de inversión. Aseguran que lo contrario pone en riesgo el desarrollo de Vaca Muerta.

Cuentan con un ejército de lobistas para confrontar con las políticas de intervención en el mercado. Para desdolarizar la energía, además de ganar las elecciones, Fernández deberá diseñar una estrategia que contemple la administración de un conflicto de intereses.

El anuncio

Fernández aterrizó en Mendoza el jueves para sumarse a la campaña por la gobernación de Anabel Fernádez Sagasti. En una conferencia de prensa confirmó su decisión de pesificar las tarifas si llega a la presidencia.

"Las tarifas son una condición central para que la Argentina vuelva a crecer. Hay un sólo sector de la economía que está dolarizado, que es el de los combustibles y el servicio eléctrico y de gas. La verdad es que la Argentina no puede vivir dolarizada en parte, cuando todos producimos en pesos y ganamos en pesos. Eso no puede ser. He dicho que el primer día que llegue vamos a desdolarizar las tarifas. Esa seguramente sea una de las primeras medidas que tomemos", dijo.

Macri dolarizó a medias

La dolarización junto a la desregulación total de los mercados constituyeron la columna vertebral de la fallida política energética del macrismo. El plan que diseñó Juan José Aranguren, desde el Ministerio de Energía, en la primera parte del gobierno de Macri, se tornó inviable. Perseguía la liberación de los precios de la cadena energética a los dictados del mercado. Cumplía con las demandas empresarias a la vez que exigía aumentos siderales en las tarifas de gas y electricidad, como en las naftas y el gasoil. 

En el tránsito hacia la meta del plan de Aranguren, las compañías del sector energético ganaron fortunas, mientras los consumidores soportaron aumentos de hasta 2000 por ciento. Con el gas y el petróleo cotizado en dólares, toda la cadena quedó atada a la moneda estadounidense. El modelo funcionó, más allá del malestar que generaban los tarifazos en sectores de la población, hasta que se produjo una corrida cambiaria.

En abril de 2018, el JP Morgan, hasta ese momento socio clave del gobierno, decidió cambiar sus letras del tesoro por dólares y salir del país. Fue el principio del fin de la política energética macrista y de la gestión de Aranguren en el Ministerio de Energía. Desde entonces, los agujeros que la devaluación le hizo al plan original fueron remendados con parches que contrastaban con el diseño original.

La gestión financiera del macrismo no logró recuperarse nunca más del golpe que la obligó a recurrir al Fondo Monetario Internacional. Tampoco pudo reponer la política energética inicial ni mantener el idilio con el empresariado del sector. Si bien no hubo una ruptura, la relación se tornó tortuosa por momentos, con un pico de tensión con las petroleras en el tramo final del mandato que Macri asumió en diciembre de 2015.

En campaña

Tras la contundente derrota en las PASO del 11 de agosto, el presidente apeló a un paquete de medidas de corte populista para intentar revertir los resultados en las generales del 27 de octubre. Incluyó el congelamiento del precio de los combustibles. La decisión implicó establecer un techo para la cotización del barril de petróleo. Las compañías productoras reaccionaron fuerte contra la medida.

Macri decretó la guerra con las petroleras para congelar el precio de los combustibles

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