Después de una semana de huelga de hambre y tras las protestas de este viernes en el penal de El Borbollón -reprimido con golpes y balas de goma- las presas consiguieron que se acelerara el tramite de ingreso de teléfonos celulares con conexión suficiente para hacer videollamadas, algo que ya había sido autorizado por Sebastián Sarmiento, del Juzgado penal Colegiado Nº1.
"No importa cuántos teléfonos dejen ingresar, eso forma parte de una red solidaria, las compañeras lo van a prestar y a compartir", dijo una de las reclusas a EXPLÍCITO conocida la medida.
Tras la suspensión de las visitas por el aislamiento obligatorio, el juez Sarmiento hizo lugar parcialmente a un habeas corpus presentado por la Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos Xumek, en la cual solicitaron una ampliación de derechos a los presos ante la pandemia del coronavirus (COVID-19). Una de las medidas ordenadas fue el acceso temporario a celulares para que los internos pudieran estar comunicados con sus familiares.
Sin embargo en El Borbollón esto no ocurrió. Más de la mitad de las internas del penal iniciaron una huelga de hambre el lunes pasado en reclamo de que se les permita comunicarse con sus familias vía telefónica, en repudio a la paralización del sistema de evaluaciones que les permite acortar el encierro y el freno a las salidas transitorias controladas, que son parte del cumplimiento de la pena.
La nula respuesta de las autoridades derivó en la protesta sonora de este viernes. Las internas golpearon puertas y ventanas de metal para hacerse oír. Los videos del momento comenzaron a circular, y los directivos del penal tomaron la manifestación como un llamado a la violencia.
Un cuerpo especial enviado desde la cárcel de Boulogne Sur Mer disparó balines de goma sobre las internas. Tres de ellas resultaron con heridas y así lo mostraron con fotos que lograron difundir desde el penal. Sin embargo, según la comunicación oficial, "ninguna persona privada de libertad, ni personal penitenciario resultó herida durante la situación producida, sólo una interna con lesiones leves".
"Vino Sebastián Sarmiento en persona -señaló Lola, una interna en prisión domiciliaria-. Inmediatamente dio la orden de que dejaran ingresar y funcionar los teléfonos y se comprometió a analizar cada caso de las presas en mayor riesgo de contagio de Covid-19 y de las chicas que fueron golpeadas, que fueron tres y pusieron la denuncia".
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