Alberto Baruj, del Balseiro

"El crecimiento exponencial era lo que cabía esperar en Argentina si se demoraba la cuarentena"

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Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

Alberto Baruj, del área de Ingeniería del Instituto Balseiro.

Por Laura García Oviedo
Comunicación del Instituto Balseiro

Alberto Baruj, docente del Instituto Balseiro y físico experimental en el Centro Atómico Bariloche (CAB), brindó un coloquio virtual sobre el panorama ante el nuevo coronavirus. Su charla se basó en el trabajo de análisis que realiza el equipo interdisciplinario “Científicxs y Universitarixs Autoconvocadxs de Bariloche”, que integra.

Baruj es egresado la Licenciatura y del Doctorado en Física del Balseiro. Realizó posdoctorados en Japón y Alemania. Desde 2004, trabaja como investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el grupo Fisicoquímica de Materiales del CAB. Su especialidad es la Ciencia de Materiales. Ha trabajado en el estudio de diversas aleaciones. Trabaja, además, desarrollando tecnología que resuelve problemas específicos, algunos del área nuclear y otros de áreas más diversas. En los últimos años, trabaja en la microscopía de barrido y en el campo de la microfabricación.

-¿Cómo lo ayuda su formación y experiencia a analizar la pandemia?
Al análisis aporto la visión de un físico experimental. Experiencia para analizar datos y tendencias, y algo de flexibilidad para trabajar con modelos y ajustes. Además, me apasiona discutir los aspectos sociales. Quienes nos formamos en ciencias naturales o ingeniería tenemos muchísimo para aprender de ese campo.

-En el coloquio virtual contó que hay tres estrategias posibles por parte de los gobiernos para enfrentar la pandemia de COVID-19. ¿Podría contar en qué consiste cada tipo de estrategia y mencionar ejemplos?
De manera simplificada, encontramos tres enfoques. El primero es el de los países que ensayan respuestas laxas, en general priorizando el funcionamiento de la economía. El segundo es de respuestas con medidas de restricción progresivamente más estrictas y el tercero es con cuarentena. Encontramos que las respuestas laxas llevan a un crecimiento muy rápido del número de contagios con colapso del sistema sanitario y multiplicación por 10 de la mortalidad. En el segundo caso hay países que lograron mantener tasas de aumento paulatinas, pero que de a poco se acercan a situaciones peligrosas, y otros donde la situación se desbordó. Entre estos últimos están los que adoptan medidas de cuarentena para cortar la diseminación de la enfermedad. Nuestro país tomó esas medidas antes de tener un número inmanejable de casos. Los números actuales indican que ha sido una buena decisión y ha permitido ganar tiempo para fortalecer el sistema de salud.

-Existen limitaciones para estudiar la pandemia y comparar las estrategias de los distintos países. Por ejemplo, hay diferencias en cada país para definir qué es un caso confirmado o cuándo debe hacerse un test de COVID-19. ¿Por qué ocurre esto?
En efecto, hay muchas diferencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) baja directivas. Pero las interpretaciones son múltiples y los Estados son los que definen sus políticas. Sería muy importante tener acuerdos globales para afrontar estos problemas.

-Los países que fueron “lentos” en tomar medidas al principio, como España e Italia, sufrieron un crecimiento exponencial de los casos confirmados y fallecimientos. ¿Qué significa crecimiento exponencial?
La dinámica de una pandemia tiene que ver con una cantidad muy grande de factores. Los modelos epidemiológicos, como los modelos que usamos en física, introducen muchas aproximaciones y suposiciones para poder representar la realidad en términos matemáticos. La exponencial es una función que multiplica su propio resultado por un factor cada un dado intervalo. Si nunca leyeron el cuento sobre el ajedrez y los granitos de arroz, es un buen momento para hacerlo. Nosotros encontramos que el número de casos totales se multiplica por 10 a un ritmo que difiere entre los países, pero que guarda relación con la respuesta sanitaria ensayada. Por ejemplo, en Italia durante el peor momento de la pandemia, los casos confirmados se multiplicaban por 10 cada 5 días. Así, se pasa de tener mil a diez mil casos en solo 5 días.

-Los gobiernos de Estados Unidos o Brasil decidieron no tomar medidas tempranas para proteger la economía. Estados Unidos, ahora el país está en fase exponencial.
Con el argumento de proteger la economía varios países optaron por permitir la circulación de personas, bienes y medios de transporte con mínimos recaudos. La característica común es que estos países muestran ese comportamiento de multiplicación de casos muy elevada. EE.UU. y Brasil son países muy grandes, con sistemas de gobierno federal. Los estados toman sus propias decisiones y, en muchos casos, esas decisiones entran en contradicción con las del gobierno nacional. Si no adoptan medidas de contención, coordinadas y de forma rápida, corren el riesgo de ver colapsar sus sistemas de salud en varias regiones. Lo malo de este enfoque es que el efecto de cualquier medida se verá de aquí a 10 o 12 días. Mientras tanto, la evolución de quienes se contagian hoy no hay manera de detenerla y muchas personas demandarán recursos de sistemas de salud que van perdiendo capacidad de respuesta.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, con el presidente Donald Trump.

-En el caso de Inglaterra, el argumento para actuar de forma lenta al principio de la pandemia tuvo que ver con la búsqueda de la inmunidad por rebaño a partir del aumento de personas que se hubieran enfermado y recuperado. ¿Cuál fue el problema de este enfoque?
La idea de la inmunidad de rebaño es usual en epidemiología. El problema de este enfoque es que, aparentemente, no tuvo en cuenta de manera correcta la contagiosidad del virus. La particularidad de la COVID-19 es la larga incubación. En promedio los casos se manifiestan tras 12 días, en comparación a 24-48 horas para la gripe estacional, por ejemplo. Hay muchos casos asintomáticos con capacidad de contagio. Eso hace que antes de llegar a la proporción de personas inmunizadas por haberse contagiado y recuperado, la cantidad de pacientes en estado crítico desborda la capacidad de atención de los centros de salud, lo cual dispara la mortandad.

-En uno de los gráficos que mostró en su coloquio se visualiza la diferencia entre la proyección estimada de casos si no se hubiera comenzado la cuarentena y la situación real de casos confirmados en Argentina. ¿Qué significa que desde el 26 de marzo haya un crecimiento lineal?

Dato recopilados por el doctor Jorge Aliaga.

El crecimiento exponencial (curva azul) era lo que cabía esperar de continuar con la tendencia inicial. Los puntitos negros son la cantidad de casos confirmados por los análisis. Esos puntos se separan de la tendencia original desde el 26 de marzo. Hasta ahora progresan con una dinámica distinta a la exponencial, creciendo a ritmo constante (línea roja). Ese ritmo constante, y relativamente bajo, es lo que se ha conseguido con las medidas adoptadas (cuarentena, cierre de fronteras). La diferencia entre lo esperado y lo actual es de miles de contagios, lo cual nos hubiera llevado a tener centenares de personas fallecidas.

-¿Por qué es tan difícil realizar un muestreo de casos totales?
No hay país de tamaño medio/grande en el mundo que esté en condiciones de efectuar y procesar los millones de tests necesarios para toda su población. No hay suficientes reactivos, ni suficientes personas para tomar las muestras, ni suficientes equipos para analizarlas. Esto solo se realizó en conjuntos pequeños (un pueblo de Italia y un crucero, cada uno con unas 3000 personas). Ese análisis sirvió para estimar el número de casos asintomáticos que, en ambos casos, era aproximadamente igual al número de personas que mostraban síntomas (leves y serios). Con ese dato se estima el número de contagiados totales que puede haber en una sociedad. Pero es una estimación muy cruda y origen de fuertes discusiones académicas y prácticas.

El Instituto Malbrán concentra las investigaciones sobre el coronavirus en Argentina.

-Argentina fue pionera al aplicar la cuarentena de forma temprana. ¿Cuáles son los principales desafíos y riesgos para salir de la cuarentena?
Los desafíos son varios. Es necesario decidir con cuidado cuándo y cómo se levanta. En una cuarentena bien hecha, las personas contagiadas pueden a su vez contagiar a un número pequeño de otras personas. Al permitir que se vuelva a circular, ese conjunto de personas “infectables” por alguien que porta el virus crece nuevamente. Es necesario implementar sistemas de detección rápida de focos de contagio para aislarlos y tratarlos. Es necesario también resguardar a las personas con mayores riesgos. Esas personas conviven estrechamente con otras que no tienen tanto riesgo (en la familia, en los trabajos, en lugares públicos y medios de transporte), lo cual exige desarrollar medidas de protección. Como si esto fuera poco, es necesario asistir a todas las personas que no pueden percibir ingresos por el freno a la actividad económica. Es un desafío que pone a prueba a toda la sociedad.

-¿Qué importancia tienen otras herramientas que se pueden implementar para tratar de frenar la pandemia, como el uso de barbijos caseros?
Son medidas que dificultan la transmisión del virus, pero no la evitan por completo. Ayudan y son importantes, pero no deben relajar nuestra actitud hacia lo fundamental que, en este momento, es cumplir con la cuarentena. Hay un artículo excelente en El Gato y La Caja que lo explica mucho mejor de lo que lo podría hacer yo.

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