En el medio de la pandemia, el aislamiento obligatorio y la suspensión de clases, la Dirección de Escuelas de Mendoza envió un memo a los directivos para que los docentes y alumnos deban dar el presente virtual de manera diaria, y en cada una de las escuelas en las que den clases. La disposición da por sentado que todos y cada uno de los alumnos y docentes tiene internet en su casa, pese a que los datos muestran que en Mendoza sólo el 40% de los hogares tiene conectividad.
El SUTE las llama "medidas de incumplimiento imposible". Los docentes simplemente "medidas delirantes". El aislamiento por el coronavirus, primero flexible y ahora obligatorio y con suspensión de clases, multiplicó el estrés para docentes, pero también para los padres enfrentados a las nuevas disposiciones que buscan establecer un sistema de control para los educadores en medio de la crisis.
Entre otras cosas, en el memo se obliga a las directoras a cargar la información sobre cada una de sus docentes y alumnos, y en el caso de que los alumnos no hayan estado conectados, se le pide un reporte de situación. En Mendoza los que la tienen peor en este sentido son los llamados "profesores taxi", que manejan varias escuelas y cursos en simultáneo.
Otro de los "delirios": para cumplir con lo que manda la DGE, muchos docentes -se entiende que en un intento de organizar las tareas y no enloquecer en medio de la pandemia en medio de la cual también deben reorganizar sus hogares- citan a sus alumnos a dar el presente en el mismo horario en que se suponía estaban en el aula. Es decir, el alumno debe estar on line a la hora en que estaba en el curso.
Este es el memo de la DGE:
El gremio envió una carta al Gobierno
En ese sentido, el gremio envió una carta documento a José Thomas, exigiendo que deje sin efecto el memo sobre "carga de asistencia virtual".
Es "irrazonable, de imposible cumplimiento y discriminatorio», dada la falta de recursos tecnológicos y conectividad entre docentes y estudiantes", sostiene la carta.
Asimismo se deja en claro la "voluntad que los/as trabajadores/as de la educación tienen para llevar adelante su trabajo", pero que se necesita "acciones que apoyen esa tarea y no la dificulten".
También se emplazó a no realizar ningún tipo de descuento salarial ante el posible incumplimiento del memo, dados los argumentos mencionados.
De analógico a virtual de la noche a la mañana
La suspensión de la asistencia a las escuelas para frenar el coronavirus obligó a la utilización de recursos de enseñanza virtual de manera compulsiva. Las escuelas pudieron organizarse y destinar a los alumnos clases a través de cuadernillos que, no obstante, deben imprimirse.
Se trata en la mayoría de los casos de extensos cuadernillos que los padres o encargados de los alumnos deben imprimir. Los que no tienen impresora acuden, por tanto, a un centro de copiado donde, inevitablemente, se encontraron en cola con otros padres en la misma situación.
Las redes sociales reflejan por estos días quejas de padres atiborrados de tareas:
Mientras tanto, entre docentes circula más rápido que el virus la indignación por las exigencias implementadas por la DGE en un intento de mantener el control sobre los educadores vía on line. Para muestra basta este teto, muy compartido en las redes en las últimas horas: