Clamor de los pueblos

Chilecito elegirá a la "embajadora del agua", y deberá tener conocimiento sobre la Ley 7722

Share
Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

La Marcha del Agua, avanzando desde el Valle de Uco a Mendoza.

Los ecos de la pueblada por el agua resuenan en las fiestas tradicionales de los pueblos de Mendoza. Con mayor volumen en el Valle de Uco, bastión central de resistencia contra la ley del cianuro. En Chilecito, San Carlos, en el Festival del Agua y la Producción elegirán este año la "embajadora del agua", y entre los requisitos para presentarse figura poseer "conocimientos sobre la Ley 7722".

La norma, que prohíbe el cianuro y otros tóxicos en la minería en Mendoza, fue bautizada por vecinos y asambleístas como la "guardiana del agua", y atacada por el lobby empresarial como "la ley antiminera".

Chilecito es uno de los pueblos atravesados por la ruta que luce en fincas, postes de luz, -arboles y puentes al paso del viajero carteles en defensa del agua y la 7722. Allí se hicieron cortes de ruta informativos cada vez que se pretendió voltear la ley, y desde ese lugar partieron vecinos y agricultores para nutrir la histórica Marcha del Agua que llegó, el 23 de diciembre, a Casa de Gobierno.

El festival del Agua y la Producción, que va por su sexta edición, se hará en 15, 16 y 17 de febrero en el predio Cooperativa Virgen de Lujan, en calle Cisterna casi San Martín. Este es el folleto de promoción para la elección de la embajadora:

Embajadora en lugar de reina

Este año, además, el festival reemplazará la "reina" por una "embajadora del agua". Los organizadores explicaron a EXPLÍCITO que "los concursos de belleza han configurado muchísimos ideales e imaginarios en cada uno de nosotros y nosotras, algunos buenos, algunos no tanto, y otros que han servido para generar opresiones e incomodidades a cientos, miles y millones de mujeres".

"Nuestro país, pero sobre todo nuestra provincia y nuestro departamento, tiene una histórica tradición de concursos y elecciones de reinas, principalmente la vendimia, que es un conjunto de costumbres que está muy arraigado dada la cantidad de años desde que se practica. Sin querer deslegitimar esta práctica, consideramos que tiene elementos que hacen de las mujeres un uso práctico, banal y superficial, que no ayuda a la propia elección de sus estilos de vida, que las trata como objetos y hace de la belleza, siempre basada en un estereotipo de mujer perfecta, el elemento primordial del concurso, sin tener en cuenta que las personas somos un condimento integral de distintas expresiones, modos de vida, cualidades, aptitudes", agregaron.

Con lo cual, dicen los organizadores, "tales concursos son machistas, sexistas y generan en las mujeres, más que simpatías, frustraciones y bajas autoestimas dada la gran cantidad de las que no acceden al ideal de belleza pretendido".

Para agregar elementos al concurso al que nosotros también en un momento decidimos apostar, pensamos en algo que permitiera desarrollar otros niveles de humanidad a las participantes del mismo: entiéndase niveles culturales, capacidad intelectual, conocimiento de nuestras tradiciones, raíces, de nuestro Festival, de las luchas sociales llevadas adelante por nuestro pueblo y del sinfín de cosas que habitan nuestra cotidianeidad. Un concurso más humano, más sano y noble, para ayudar a las personas que más han sido sofocadas por la sociedad en la historia: las mujeres.

En este sentido, decidimos cambiar nuestra figura de representante, de Reina a EMBAJADORA. Una embajadora que pueda llevar el nombre de nuestro Festival a donde quiera que vaya, o que necesitemos ir, y que pueda defender ésta idea y ésta forma de organizarnos, ante cualquier persona o institución que lo requiera.

Pondremos fin a una modalidad opresiva, insana, para generar nuevas herramientas que hagan un bien a nuestra sociedad, con la responsabilidad que como organizadores de éste festival nos toca.

Share