Un 30% de los contratos de alquiler fueron dados de baja ante la imposibilidad de pagar de los inquilinos, reveló la Federación Nacional de Inquilinos. El relevamiento se hizo en todo el país a través de 4200 casos en todas las provincias.
La rescisión anticipada, comunicó la entidad, es un intento de achicar gastos de manera obligada para no hacerlo aún más en rubros como la alimentación y el pago de servicios. En Mendoza, por caso, la vivienda y los servicios sufrieron aumentos de 50% acumulado según la última medición de la DEIE y 9,5% sólo en lo que va de 2019, más que los alimentos.
El segmento de inquilinos más afectado es el que tiene entre 18 y 24 años. En ese sector se rescindió 34,9 por ciento de contratos, mientras que entre 46 y 55 años el porcentaje se reduce hasta un 20,22 por ciento.
"La rescisión anticipada de contratos aparece como la principal respuesta de los inquilinos que ya no pueden afrontar los pagos. Son cada vez más quienes se mudan a viviendas más pequeñas o alejadas, los que comparten techo con padres, hijos o hasta desconocidos o quienes alquilan habitaciones derruidas en hoteles familiares. En el otro extremo de la pirámide inquilina, están quienes alquilan en villas o asentamientos por primera vez en su vida o quienes engrosan el número de personas en situación de calle", señaló Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos.
Entre las causas directas de la rescisión anticipada de contratos está el incremento de los precios de los alquileres. Los datos de la encuesta marcan que en febrero de 2018 los inquilinos destinaban en promedio el 41 por ciento de sus ingresos al pago del alquiler. En agosto, ese número se incrementó al 45 por ciento y actualmente está en el 47 por ciento. Entre los jóvenes y adultos mayores, la porción del ingreso destinada al alquiler es del 55 y 53 por ciento, respectivamente.
La entidad también calculó cuánto del salario va a parar al pago del alquiler:
Muñoz señaló: “Cada seis meses damos la misma noticia, que las condiciones de vida de las familias inquilinas continúan degradándose. Para decir lo contrario, no hay más opciones que fijar límites a los aumentos de precios y terminar con esta rueda de alquileres cada vez más caros e inquilinos cada vez más pobres”.
Según la encuesta, los inquilinos soportaron, en promedio, aumentos de 36.9%. "Hay que aclarar que son aumentos que se efectúan de un mes para el siguiente. A eso, deben agregarse los aumentos semestrales acumulativos que se fijan en el contrato. Estos son, mayormente, del 15%", apuntó Muñoz.
Crisis habitacional
“La consecuencia directa de los aumentos de precios es la profundización de la crisis habitacional. La rescisión anticipada de contratos aparece como la principal respuesta de los inquilinos que ya no pueden afrontar los pagos. Son cada vez más quienes se mudan a viviendas más pequeñas o alejadas, los que comparten techo con padres, hijos o hasta desconocidos o quienes alquilan habitaciones derruidas en hoteles familiares. En el otro extremo de la pirámide inquilina, están quienes alquilan en villas o asentamientos por primera vez en su vida o quienes engrosan el creciente número de personas en situación de calle”, señaló Muñoz.
La situación que atraviesan los inquilinos es similar en cada provincia del país, indicó la Federación. Para el caso de la Provincia de Buenos Aires el promedio del monto que se destina a pagar el alquiler es del 48%.
En relación al porcentaje de aumento en la renovación, en Provincia de Buenos Aires las renovaciones se hacen al 37%. Por último, los inquilinos de Provincia de Buenos Aires debieron rescindir sus contratos en mayor medida, alcanzando el 27.9%; mientras que en CABA fueron el 21.6% y en Santa Fe el 21.4%.