Evo Morales y Álvaro García Linera llegaron a salvo a México después de una noche de frenéticas negociaciones diplomáticas y un periplo escabroso que lo llevó vía aérea al país que le otorgó el asilo político tras el golpe de estado en Bolivia.
"Estoy muy agradecido con el Gobierno de México porque me salvó la vida. El 9 de noviembre un militar recibió una oferta de 50.000 dólares a cambio de entregarme", dijo el mandatario en el aeropuerto de la capital mexicana, a donde llegó tras recibir asilo político.
“Mientras tenga la vida sigue la lucha, seguiremos en política. Pensé que habíamos terminado con la opresión, la discriminación, la humillación”, completó.
El político explicó que en las horas posteriores al golpe de Estado en su contra, integrantes de su equipo de seguridad le mostraron grabaciones con ofrecimientos de dinero en efectivo para entregar a Morales a sus enemigos políticos.
"Mientras tenga la vida, seguimos en política, sigue la lucha, y estamos seguros que los pueblos tienen todo el derecho de liberarse. Pensé que habíamos terminado con la opresión, la discriminación, la humillación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida y menos a la patria", apuntó.
"Si algo de delito tengo es ser indígena. Nuestro pecado es que ideológicamente somos antiimperialistas. No por este golpe voy a cambiar", fue una de sus definiciones apenas pisó suelo mexicano.
Un periplo de película para llevar a Evo Morales de Bolivia a México a salvo
Destacó que renunció a su cargo para que "no haya más hechos de sangre y enfrentamientos". "No es este golpe de Estado lo que me va a hacer cambiar de opiniones políticas", afirmó.
Tras su discurso ante la prensa, Morales se marchó junto al canciller mexicano Marcelo Ebrard. Por razones de seguridad, el Gobierno mexicano se reservó la información de dónde pasará la noche Morales y sus colaboradores.
El momento en que el avión que transportaba a Morales llega a México: