El Departamento General de Irrigación comunicó que la Dirección de Policía y Control de Calidad del agua detectó la presencia de "algas de baja concentración que no son tóxicas". Sin embargo, aclararon en un comunicado oficial, "los constantes cambios en los niveles de embalse, las escasas precipitaciones de nieve y otros fenómenos ambientales nos dan señales que marcan que tenemos que estar alertas".
El biólogo Adrián Atencio, a cargo del monitoreo estacional de verano, extrajo muestras de Agua del Toro, Los Reyunos, El Nihuil y Valle Grande, en la cuenca del Diamante y del Atuel durante enero. En diciembre hizo lo propio en El Carrizal y en Potrerillos.
Sostuvo que aunque las algas halladas hasta el momento no son tóxicas, están alertas para "tomar decisiones responsables para prevenir problemas que afecten a la salubridad de la población y al ecosistema".
En los últimos meses la baja en la cota de los diques de toda la provincia superó los pronósticos. Irrigación vaticinó que los ríos en la época estival traerían la mitad de su caudal, pero la sequía es mayor a la que esperaban: algunos ríos, como el Grande, en Malargüe, sólo llevan 21% de su caudal histórico promedio.
Sobre ese río fue la propia Irrigación la que autorizó a usar el agua para hacer fracking meses atrás.
Los diques Valle Grande y Nihuil, alimentados por el río Atuel, están a 21% y 27% de su cota respectivamente. La baja de agua en Valle Grande dejó al descubierto la famosa formación rocosa "el submarino".
Irrigación alertó por el escaso nivel de agua en los embalses Nihuil y Valle Grande
Cómo se hace la medición
Irrigación colecta muestras en superficie y en profundidad de los embalses.
"Utilizamos una metodología estándar que se aplica internacionalmente. Se colectan muestras utilizando una embarcación en una escala espacial en el cuerpo de agua, en las zonas de desembocadura del río y el reservorio. Esto nos permite tener información sobre la transición entre el agua que ingresa del río y el agua almacenada", aseguró Asencio.
"Para tomar muestras del agua en profundidad se utiliza un dispositivo con forma de botella de 3 litros, que se sumerge y baja en dirección al fondo del embalse. Luego se acciona desde la superficie a la capa de agua que se necesita estudiar. Mediante un mensajero que se envía a la profundidad del embalse se cierre automático y queda atrapada el agua. Posteriormente se sube el dispositivo con el agua, sin que esta se mezcle con agua de otras capas", siguió el biólogo.
"Luego de la colecta, el agua se almacena en envases especialmente preparados y se guarda en una conservadora para mantener la temperatura y en el laboratorio de la Subdelegación Aguas del río Diamante se realiza el pre tratamiento del agua colectada, como así también las muestras bajo el microscopio óptico, para conocer en forma rápida si hay proliferación de microorganismo o microalgas que generan toxicidad", agregó.
El objetivo del monitoreo y control de calidad del agua de los embalses es preventivo, señaló Irrigación. "Busca generar una alerta temprana, la cual permite luego de identificar alguna eventualidad o parámetro a considerar, se envía un aviso a los operadores de plantas potabilizadoras, para que cierren momentáneamente el ingreso de agua cruda y así poder evaluar la situación".