Manu Brabo, un Pulitzer español con las puertas cerradas en España

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Un hombre llora la muerte de su hijo por fuego del ejército sirio cerca del hospital de Dar El Shifa en Alepo, Siria, el miércoles 3 de octubre de 2012. Foto: AP/Manu Brabo

 

Por Borja González Andrés*
Para Hemisferio Zero

Al final el esfuerzo y la perseverancia acaban dando sus frutos, también en el periodismo. Quizás ese sea uno de los muchos pensamientos que en las últimas horas ha cruzado la mente del fotógrafo español Manu Brabo, flamante premio Pulitzer 2013 en la categoría de ‘Breaking News Photography’ junto con el equipo gráfico de la agencia Associated Press (AP) que ha cubierto la guerra civil de Siria durante el último año. Y es que si alguien puede simbolizar al mismo tiempo tanto el declive de los grandes medios de comunicación españoles como el auge imparable de magníficos periodistas y fotógrafos de nuestro país, ese es Manu Brabo.

Obligado a construirse su propio futuro como fotoperiodista freelance, su nombre saltó a las primeras planas cuando fue secuestrado en Libia por tropas leales a Muamar el Gadafi. Era abril de 2011, pero Manu llevaba ya varios años cubriendo conflictos como el palestino-israelí o catástrofes naturales, como el terremoto de Haití. Tras ser liberado, “su decisión no fue girar por España y dar charlas. No. Prefirió viajar a Honduras y sacar fotos en el Bajo Aguán. Ese es el tipo de mensaje que los compañeros del metal envían: “están ahí para trabajar sin parar”. Lo cuenta su amigo y colega Alberto Arce, actual corresponsal de Associated Press (AP) en Tegucigalpa. El trabajo sin apenas descanso llevó a Manu a las calles de Alepo, en Siria.

Allí registró con su cámara imágenes que dieron la vuelta al mundo, como la del padre que sostenía en sus brazos a su hijo muerto, cerca del hospital Dar al-Shifa, o aquella en la que el humo escapaba por encima de unos edificios destrozados por la metralla. De nuevo lo hizo sin la confianza de ningún gran medio español. Libre e independiente, buscó refugio en las grandes agencias extranjeras que sí valoraron y trataron con respeto su trabajo.

Recuerdo cómo Manu contaba, durante una conferencia en la Semana Negra de Gijón en 2011, que los periodistas y fotógrafos freelance en zonas de conflicto como él asumían un riesgo mayor que los demás, porque estaban obligados a dar un paso más allá si querían diferenciar su trabajo de aquel que hacían los periodistas y fotógrafos en nómina.

Ahora, con ese paso extra, Manu Brabo se ha convertido en el segundo español en lograr un premio Pulitzer, después de que en 1995 lo consiguiera Javier Bauluz con una serie de imágenes tomadas en Ruanda junto con otros fotógrafos, también de la agencia AP.

Pero tal vez, por encima del valor de uno de los galardones más prestigiosos del mundo periodístico, esté el reconocimiento de toda una profesión, de un grupo de reporteros y foto-periodistas a los que Hemisferio Zero les ha pedido su opinión sobre Manu Brabo. Ese fotógrafo, joven, humilde y con determinación que, quiera o no, acaba de entrar en la Historia del Periodismo español. Con mayúsculas.

 

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Manu Brabo. Foto: Ayman Oghanna.

 

Olmo Calvo (fotoperiodista, ganador del XVI Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña): “El premio Pulitzer al equipo de AP del que forma parte Manu Brabo es un reconocimiento al trabajo de los freelances. Me acuerdo de estar tomando café con Manu en el bar Er Güishi de Lavapiés, en Madrid, en 2011 antes de que fuese por primera vez a Libia. Habíamos quedado al lado del periódico ‘Diagonal’ Edu León, él y yo para charlar un rato sobre lo que hacíamos. Él nos contó que se iba a Libia a cubrir el conflicto sin apenas medios. En ese momento tenía muy poco dinero para ir hasta allí, pero rebosaba ilusión. Con el trabajo que realizó entonces ya demostró lo que podía hacer de manera independiente. Dos años después de aquel encuentro y de un impresionante trabajo realizado en Libia y Siria, recibe un premio Pulitzer. Dos años de trabajo freelance repletos de esfuerzos. Si hubiese esperado a que algún medio o agencia le encargase hacer ese trabajo, hoy no estaríamos hablando de todo esto”.

Alberto Arce (periodista, corresponsal de AP en Honduras): “Manu lleva trabajando sin parar desde que le conocí, en 2009. Currar, currar y currar, en línea ascendente y en lo que siempre quiso. Se lo ha ganado foto a foto desde Libia. Esto no es algo anecdótico, son mínimo tres años de trabajo durísimo al nivel más competitivo. El Pulitzer significa un gran impulso para sus posibilidades de seguir trabajando en el futuro: teléfonos que se descolgarán, emails que se responderán, personas que, antes incluso de que él se ofrezca, le harán propuestas de trabajo… Es un cambio a mejor, imagino, pero también existe el riesgo de que le inviten a dar demasiadas conferencias y le saquen del barro con los habibis a los que tan bien ha retratado en Siria. “Este premio significa también que los editores de fotografía en España, que están dejando irse a tanto talento, deberían hacérselo mirar. Quizás no tengan tanto criterio, o quizás la meritocracia en España no sea criterio para nada. El año pasado Samuel Aranda con el World Press Photo y este año Manu con el Pulitzer. Está claro que son buenos, está claro que emigraron. Significa que el periodismo en España está en cuidados intensivos, pero no por los periodistas, sino por los editores que tienen criterios, digamos, un tanto distorsionados sobre cómo llevar adelante la fotografía del país.”

Alberto Prieto (fotoperiodista, coautor de ‘Siria. Más allá de Bab Al-Salam’): “El reconocimiento que se le acaba de hacer con el Pulitzer a Manu Brabo es el resultado de haber hecho una fantástica cobertura gráfica en Siria, en extraordinarias condiciones de riesgo. Pero sobre todo es la confirmación de que los medios españoles se dejan pasar por delante de las narices grandes reportajes y a fantásticos profesionales patrios. Elperiodismo no está en crisis. La crisis es de los medios. Y la ceguera también.”

Maysun (fotógrafa, coautora de ‘Siria. Más allá de Bab Al-Salam’): “No tengo mucho que decir sobre Manu Brabo, además de que es un grande en todos los sentidos. Es un gran fotógrafo y se lo merece con creces. Estoy muy feliz por él. Lo de qué significa un premio como el Pulitzer para un fotógrafo quizás sería mejor preguntárselo a él, pero [si yo lo hubiera ganado] estaría flipando, por supuesto. Ganar un premio así es un reconocimiento tremendo y una buena oportunidad para que el tema del que se habla tenga más visibilidad, que es lo que al fin y al cabo importa.”

David Rengel (foto-documentalista, cofundador del colectivo ANHUA): “Que un fotógrafo de nuestro país gane un premio como el Pulitzer es reconocer que los foto-reporteros y documentalistas españoles –como ya se demostró el año pasado con el World Press Photo [para Samuel Aranda] o continuos premios internacionales– se encuentran cada día en los lugares donde se desarrollan los conflictos más importantes de nuestra época. Desarrollan una labor excelente y profesional, que jamás ha venido respaldada por los medios españoles obsoletos en su contenido y forma, pero a los que periódicos como The New York Times les dedican portadas. Significa que, ocurra lo que ocurra, los foto-periodistas creen que la labor que realizan es necesaria y jamás dejarán de hacerla. Manu es alguien que cree en lo que hace, al que el corazón le gana en cada foto. Lo único que puedo decir de él es que pensé que este año ganaría un World Press Photo por la cobertura tan arriesgada que realizaba desde Siria… y me encanta haberme quedado corto.”

Sergi Cabeza (periodista, coautor del libro ‘Siria. Más allá de Bab Al-Salam’): “Manu es un tipo muy campechano que seguro que ahora estará pensando: “¡la que he liado!”. He podido trabajar con él y es un gran profesional cuando está haciendo fotos, pero además es un gran compañero. Los demás colegas le respetan muchísimo y se hace querer. Además, estoy seguro de que en estos momentos se estará acordando mucho de James Foley [el fotógrafo norteamericano que fue secuestrado hace casi cinco meses en Siria, y con el que Manu Brabo compartió días de trabajo]. El Pulitzer no es el primer premio que le dan ni será el ultimo.

Gervasio Sánchez (fotoperiodista, Premio Nacional de Fotografía 2009): “Lo que está pasando con el fotoperiodismo español tiene que ver con la venganza de la historia. Fotógrafos españoles perteneciente a una generación perdida están ganando los premios más prestigiosos [Samuel Aranda ganó el año pasado el World Press Photo, Ricardo García Vilanova, otro gran fotógrafo, ganó el año pasado el Rory Peck por su documental con Alberto Arce sobre Misrata y ahora Manu Brabo gana el Pulitzer] después de haber trabajado durante muchos años sin el apoyo de los medios de comunicación españoles. Esto no tiene nada que ver con la crisis sino con la prepotencia y la mediocridad de algunos y algunas responsables de las secciones de fotografía. Que se lo pregunten a Javier Bauluz, Enric Martí, Fernando Moleres o que me lo pregunten a mí: ¿qué ayudas recibimos de los medios españoles en los años ochenta o noventa cuando se ganaba más dinero que nunca? Ninguna. Hemos tenido mala suerte: en las redacciones, salvo excepciones, se han instalado personajes (hombres y mujeres) que siempre se han cuidado de evitar que los fotógrafos españoles tuvieran éxito para mantenerse en sus puestos laborales durante décadas. Ahora la historia se venga y demuestra que los fotógrafos españoles son tan buenos como los alemanes, los franceses, los británicos o los estadounidenses. Viva la fotografía española y todos los premios que consigue. Y que los envidiosos y los mediocres se pudran en sus puestos de responsabilidad o en sus casas jubilados y olvidados”.

Edu León (fotoperiodista): “Manu Babro en un superviviente, un antihéroe del siglo XXI en el panoráma gráfico del Estado Español. Uno de los tantos rechazados por los medios generalistas de ese país que ahora se desmorona. El aposto por coger los pocos ahorros que tenía y seguir su mirada en otras tierras, aposto y ganó. Gano experiencias y confianza en saber que cuando uno cree en lo que hace y es sincero con su trabajo da fruto. Es un triste ejemplo de que todo clik que se hace con sentimiento tiene su recompensa, y tristemente si no hubiese salido de esa España, al día de hoy seguramente hubiera tenido que vender su equipo y la historia no tendría un testigo imprescindible”.

 

*Borja González Andrés es periodista. Diploma en Periodismo Preventivo y Periodismo Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en la Cadena SER y la agencia Reuters, y colabora con la organización de fotoperiodismo GEA Photowords. Actualmente reside en México.

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