Revelaron que el copiloto que estrelló el avión en los alpes franceses no podía volar ese día por prescripción médica

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Por prescripción médica, Andreas Lubitz no debía trabajar el día de la tragedia del avión.
Por prescripción médica, Andreas Lubitz no debía trabajar el día de la tragedia del avión.

La fiscalía de Düsseldorf informó este viernes que Andreas Lubitz, el copiloto investigado por estrellar de forma voluntaria el avión de Germanwings en los alpes franceses, tenía un certificado médico de baja por enfermedad que había roto y ocultado a la empresa, así como otros documentos que demuestran que estaba en tratamiento psiquiátrico.

Por otro lado las fuentes negaron que en los allanamientos realizados en el domicilio de Andreas Lubitz, alemán y de 27 años, se hubiera encontrado una carta de despedida.

La información oficial avala lo publicado por el diario alemán "Bild" que señaló que el copiloto que habría provocado la muerte de las 150 personas, entre ellos tres argentinos, estuvo seis meses bajo tratamiento psiquiátrico antes de completar su formación.

150 muertos

Un Airbus A320 de Germanwings que hacía la ruta Barcelona - Düsseldorf se estrelló el martes en el sur de Francia. Iban a bordo 144 pasajeros y seis integrantes de la tripulación: ninguno sobrevivió.

Los investigadores creen que Andreas Lubitz, el copiloto de ese vuelo 9525, provocó deliberadamente el choque del aparato contra una montaña, después de haberse encerrado en la cabina de mando aprovechando la ausencia del comandante.

La caja negra que registra los sonidos en cabina (CVR), encontrada los restos del avión, reveló escalofriantes detalles: por ejemplo, la respiración del copiloto, "audible y normal, lo que significa que estaba vivo hasta el momento del impacto", según precisó Brice Robin, fiscal de Marsella.

"Tras 20 minutos de un vuelo normal, el comandante anunció al copiloto que le confiaba los comandos para ausentarse un momento. En ese momento, se escucha al joven copiloto manipular los botones del sistema de monitoreo de vuelo para activar el descenso del aparato", explicó el fiscal.

Para Brice Robin, "la acción sobre el selector de altitud sólo pudo ser voluntaria". Durante los ocho minutos que duró ese descenso, la grabación permite escuchar la respiración del copiloto y los numerosos golpes del comandante para poder entrar en la cabina, bloqueada por una puerta blindada que, en los Airbus A320, se traba automáticamente, según lo establecen las normas de seguridad internacionales.

Todos los llamados del comandante quedaron sin respuesta. Lubitz tampoco respondió a las comunicaciones que lanzaron las torres de control e incluso los aviones que volaban en la misma zona. No reaccionó a las alarmas que le anunciaban la inminencia de la tragedia.

El impacto se produjo 47 minutos y 20 segundos después del despegue, a 1700 metros de altitud y a una velocidad de 700 km/h, entre los golpes desesperados del comandante que trataba de derribar la puerta y los gritos de los pasajeros que se dieron cuenta de lo que sucedía.

Fuentes: Infonews / La Nación

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