"La mayoría de los muertos son con tiro en la nuca, narcotraficantes que están matando a los que dicen sus hermanos para seguir haciendo narcotráfico", de esta manera el ministro del gobierno de facto de Bolivia Arturo Murillo, negó la responsabilidad de las fuerzas armadas de Bolivia en las muertes por represión en las protestas en Cochabamba, nueve en total según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
Fue en una conferencia de prensa en la que evitó responder sobre la cantidad de muertos -hasta ahora la CIDH y la Defensoría hablan de 24 muertos en tres días- y dijo que Bolivia está en un "proceso de insurrección" y pidió formar parte a todos los bolivianos como "soldados de la liberación del país".
Tampoco respondió Murillo sobre el decreto de la presidenta de facto Jenine Añez, que habilita a las Fuerzas Armadas a matar "sin responsabilidades penales".
Dijo en cambio que está distribuyendo la lista de los legisladores del MAS los que se considera "sediciosos" y a los que ordenará detener con un grupo comando de Fiscales creado para la ocasión.
Insistió en calificar al gobierno de Evo Morales, que ganó elecciones consecutivas durante 14 años, inclusive la última, según reconoció la propia OEA, como un grupo ligado al narcotráfico.
Al cerrar la conferencia,cuando le pidieron precisiones sobre la cantidad de bolivianos masacrados en las protestas, se fue sin responder.
