El gobierno de Alfredo Cornejo anunció que la minera brasileña Vale saldrá a buscar inversores para reactivar el proyecto Potasio Río Colorado, en Malargüe, aunque con un modelo muy acotado respecto a la ambiciones originales: en lugar de producir 4 millones de toneladas por año de sales de potasio, producirá 1,3 millones. De 6.300 millones de dólares que se anunciaban como inversión original, se bajó a 1.500 millones, suma que los brasileños tratan de conseguir en los mercados de inversores para poder volver al Sur. En la foja de Vale pesa la masacre de Minas Gerais, en la que un derrame tóxico enterró a un pueblo dejando 17 muertos, en noviembre del año pasado.

Además de la baja de la producción, la empresa abortará la construcción de 350 kilómetros de vías para darle lugar a camiones para el transporte del mineral bruto.

El desguace del proyecto original se produjo después de una reingeniería de la compañía brasileña que acotó aquel anunciado emprendimiento de más de 6.000 millones de dólares de inversión, que puso en marcha con más de 4.000 trabajadores y frenó aludiendo a la economía del kirchnerismo como excusa para hacer uso de una prerrogativa que le da la Ley Nacional de Minería, que prevé largos plazos para que los concesionarios de la explotación de un yacimiento repiensen sus inversiones sin que eso ponga en riesgo la continuidad del contrato.

Con la cantidad de potasio que preveía sacar a la orilla del Río Colorado en la parte austral de la Provincia, Vale se convertiría en uno de los principales productores mundiales del insumo generalmente destinado a los agroquimímicos.

“La empresa nos oficializó la decisión de redimensionar el proyecto. Desde el Gobierno, continuaremos con una observación activa. Lo importante es que Vale mostró interés en reactivarlo“, señaló Emilio Giñazú, subsecretario de Minería, quien encabezó una conferencia para dar cuenta de un informe de Vale a pedido de la Provincia sobre la situación de la mina Potasio Río Colorado.

Sumando un socio mayoritario que invierta US$ 1.500 millones, Vale estaría en condiciones de iniciar la construcción del emprendimiento en 18 meses. Actualmente, se encuentra en un proceso de prefactibilidad para redefinir técnicamente el proyecto. Luego comienza la etapa de factibilidad donde se evalúan inversiones, cronogramas y consultas a proveedores. Así lo detalló el funcionario de Alfredo Cornejo que dio detalles a la prensa sobre las negociaciones oficiales con la minera del gigante sudamericano. Vale cuando se fue de Mendoza estaba en retirada una pila de proyectos en el mundo, venía de un cambio de conducción el holding con fuerte intervención estatal que afectó los planes de negocios de la compañía, entre los que figuraba el megaemprendimiento Potasio Río Colorado, tan inmenso en los planes que llevó a Mendoza a figurar entre las provincias líderes en inversión presunta del país.

“La nueva escala del proyecto permite una solución logística más sencilla, la utilización de camiones para transportar desde la mina hasta la estación de transferencia en Rio Negro, por lo cual se eliminan 350km de ferrocarril que fue un aspecto que encareció mucho al emprendimiento. A raíz de eso es que la Vale decidió vender esos activos que no van a ser utilizados en el nuevo diseño del proyecto”, esgrimió el funcionario provincial.

Mal antecedente para los inversores

La empresa Vale viene de producir uno de los mayores desastres ambientales en Brasil. La minera Samarco, responsable de las actividades en los diques que colapsaron en noviembre del año pasado y enterraron en un lodo tóxico a un pueblo entero en el estado de Minas Gerais, pertenece a Vale y comparte el paquete accionario en mitades con la australiana BHP. Murieron 17 personas.

La justicia brasileña ordenó bloquear los bienes de las mineras Vale y BHP Billiton para garantizar la indemnización por el deslave tóxico que mató 17 personas y causó el mayor desastre ambiental de la historia del país.

La decisión fue adoptada por un juzgado de Minas Gerais (sureste) en el marco de una causa impulsada por el Estado brasileño contra la firma Samarco, que es propiedad de las gigantes de la minería global, informó la agencia pública de noticias ECB.