Agustina Corvalán de Vera, una de las incansables Madres de Plaza de Mayo de Mendoza, murió este domingo a los 92 años, según comunicó HIJOS. Fue una de las que sostuvo vivo el reclamo permanente por Memoria y Verdad y Justicia en cada instancia, desde la presencia en los juicios de lesa humanidad llevados adelante en la provincia a las marchas de todos los jueves en la Plaza San Martín.
Su testimonio en el juzgamiento a los genocidas fue esclarecedor. Dijo sobre su hijo, Rodolfo Vera, desaparecido el 6 de septiembre de 1976: “Estudiaba arquitectura, trabajaba, iba a los barrios, ayudaba a la gente, regalaba ropa, militaba por la gente que sufría necesidades...”.
Rodolfo Vera fue militante del Partido Comunista Marxista Leninista, y cuando supo que era buscado por el Ejército y la Policía logró mantenerse escondido durante casi un año. Antes de su secuestro, en la casa de sus padres hubo dos episodios: en uno, la policía se llevó a su progenitor, Dionisio Vera, a quien mantuvieron en el exD2 durante más de cuatro horas, ebn busca de información sobre el escondite de su hijo.
Juan Antonio Garibotte, quien encabezó los operativos, fue condenado en 2013 a prisión perpetua en el tercer juicio de lesa humanidad llevado adelante en Mendoza.
La desaparición de su hijo la empujó a la lucha constante durante 42 años en busca del esclarecimiento de los hechos.
Sus restos serán velados en la sala velatoria Boschin (Bandera de Los Andes 9227, de Rodeo de la Cruz), hasta las 16.