Organismos de Derechos Humanos de Mendoza despiden este sábado a Helga Markstein de Tenembaum, incansable luchadora por Memoria, Verdad y Justicia, madre de Gisela Tenembaum, quien integra la lista de 30.000 desaparecidos durante la dictadura cívico, militar, empresarial de los 70.
Médica de profesión, brindó sus servicios en el hospital Emilio Civit hasta que, en 1976, la dictadura genocida la cesanteó. Luego comenzó a trabajar para una obra social y abrió plenamente sus saberes médicos a la comunidad lasherina en cuanto eran requeridos.
"Helga llegó a Sudamérica en 1946 donde fue perseguida por el régimen nazi. Venía de Viena, Austria, ciudad que la vió nacer en 1930 .También sufrió las consecuencias de la dictadura genocida argentina. Fue echada de su cargo de Doctora en el Hospital Emilio Civit en 1976 y su hija Gisela Tenembaum integra la lista de 30000 desaparecides.
A pesar de la desaparición de su hija, Helga y su compañero, Guillermo Tenembaum, colaboraron con los perseguidos, e iniciaron un incesante reclamo con Familiares de Desaparecidos", la recordó el Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH).
Helga fue testigo clave en los juicios de lesa humanidad llevados adelante en Mendoza.
Su hija Gisela
En 1974 ingresó a la Universidad Tecnológica Nacional. Militaba en Montoneros junto con su pareja Alfredo Escamez y su historia fue una persecución constante.
En octubre del 75 ya los buscaban y se refugiaron en la casa de su hermana, Heidi. Junto con Ana María Moral y Roque Luis Moyano, su pareja amiga, se fueron a vivir a San Juan. Aunque vivían en clandestinidad, el 27 de octubre de 1976 secuestraron a los dos varones.
Ellas dos volvieron a Mendoza y continuaron su vida escondidas a causa de la persecución de las fuerzas de seguridad. Ambas tenían pedidos de captura por la 8va Brigada de Infantería de Montaña. Junto con Juan José Galamba, compartieron vivienda en Godoy Cruz.
Helga testimonió en los juicios de lesa humanidad de Mendoza, en los cuales dijo que vieron a Gisela por última vez el 3 de abril del 77. Cinco días después fue secuestrada y no se supo nada más de ella.
El mismo día persiguieron por la calle a sus compañeros de vivienda. Ana María Moral corrió para escaparse e ingresó a la iglesia de Fátima para esconderse, pero fue desarmada por el mismo párroco. La ejecutaron ese día. El 4 de mayo exhumaron sus restos en el Cuadro 33 del cementerio y los entregaron a su familia. El procedimiento de Moral salió en la televisión y así se enteró el matrimonio Tenenbaum.
La policía dijo que después de una persecución lograron atrapar a Galamba. Esa mentira quedó demostrada porque él no sólo logra huir sino que se comunicó con los padres de Gisela Tenenbaum. En una reunión les contó todo lo sucedido.