Treinta y dos millones de personas de origen latino tienen derecho a votar en las presidenciales de Estados Unidos. Conforman el 13,3 por ciento del electorado total. Es el grupo más grandes después de los blancos no hispanos dentro del padrón. El 25 por ciento del grupo es inmigrante, el resto nació en Estados Unidos.
Los latinos tienen poder para cambiar el rumbo electoral de la primera potencia mundial. No obstante, no lo hicieron hasta ahora.
Por eso, al grupo le dicen sleeping giant (el "gigante dormido"). Una de las causas, es que son más los que no votan que quienes lo hacen entre los hispanos del país del norte de América. En las últimas presidenciales votó el 48 por ciento de los latinos habilitados, mientras entre lo afroestadounidenses votó el 60 por ciento y entre los blancos, el 65 por ciento.
El voto latino ha sido estudiado por múltiples corrientes en los últimos años en Estados Unidos. Incluso las campañas de los candidatos lo consideran al punto de hacer hablar en español a los postulantes para congraciarse.
Una de las conclusiones de esos estudios, es que el voto latino no existe como colectivo. Después de todo, los latinos estadounidenses son diversos. No son todos demócratas o republicanos. Los hay de unos y de otros, como también están los que no encuentran representación ahí y los que ni siquiera esperan ser representados en el andarivel de la política.
"Hablar del 'voto latino' como uno único implica que es un grupo de personas que comparten los mismos puntos de vista, y aunque hay coincidencias, no todos piensan igual", dice Mark López, director de Migración Global e Investigación Demográfica del Centro Pew de Investigación, con sede en Washington, citado por BBC Mundo.
El destino del voto hispano
El Centro Pew estimó la distribución del voto latino en 2016. El 59% es de origen mexicano o mexicano-estadounidenses, el 14% es puertorriqueño, el 5% de origen cubano y el 22% de otros orígenes hispanos.
El centro de investigación midió cómo se reparte el voto latino entre los partidos demócrata y republicano. El 62 por ciento se identifica con los primeros y el 34 por ciento con los segundos.
En 2016, Donald Trump acaparó el 28 por ciento del voto latino, a pesar de su desprecio hacia los mexicanos. No llegó al 40 por ciento del voto hispano que acaparó George Bush hijo en 2004, cuando ganó la reelección.
En las últimas cuatro décadas, el demócrata que menos porción del voto latino concentró fue Jimmy Carter, el 56 por ciento en 1980. Las encuestas de los últimos días anticipan que el apoyo latino al demócrata Joe Biden ronda el 59 por ciento, por debajo del 66 por ciento que votó a Hillary Clinton en la derrota contra Trump, en 2016.
Edad y territorio
El Centro Pew estimó que cada 30 segundos un estadounidense de origen latino cumple 18 años, de modo que se convierte en votante potencial. El peso del grupo a futuro parece asegurado.
La mayor concentración de población de origen hispano está en el Sur de Estados Unidos. En Arizona y Texas, en el suroeste, y en Florida, en el sureste, los latinos son el 20 por ciento del padrón electoral.