El próximo jueves y viernes los profesionales médicos, los licenciados en enfermería y los residentes hospitalarios harán un paro en repudio al aumento del 9% que impuso Rodolfo Suarez sobre los salarios de marzo más algunas sumas en negro (es decir no bonificables y que no suman al aumento porcentual).
Será la continuidad de las medidas de fuerza que vienen llevándose en hospitales y centros de salud y que se incrementaron en julio con el fracaso de la paritaria y el magro aumento rechazado en la paritaria y que el gobernador finalmente impuso por decreto.
Los licenciados en enfermería y los prestadores de salud precarizados permanecen en las calles desde fines de 2019, antes que se declarara la pandemia, y durante todo el 2020 realizaron acciones en los hospitales e incluso un acampe frente a la Legislatura por sus salarios por debajo de la línea de pobreza.
A ellos se sumaron luego los profesionales médicos, nucleados en AMPROS, y en las últimas semanas los residentes hospitalarios -que cobran entre 150 y 180 pesos por hora- se organizaron en asamblea para reclamar también por su extrema situación.
Con un bono en negro de 7 mil pesos para los profesionales, Suarez buscó desactivar las medidas de fuerza, pero AMPROS lo rechazó. El gremio incluso advirtió que las sumas en negro -que el Gobierno ya impuso a principios de 2021- podrían volverse una constante en las paritarias, anulando así los aumentos acumulativos que permiten al menos empardar con la inflación.
En la mañana de este lunes hubo una asamblea en la explanada del Hospital Notti, donde se resolvió volver a la protesta. Gladys Velázquez, delegada de AMPROS en ese hospital, comunicó que el paro será general, sin asistencia, sólo con cobertura de servicios mínimos.
Este paro de 48 horas es la cuarta medida en menos de un mes llevada adelante por personal de la salud, tras la marcha del 9 de julio, el caravanazo una semana después y el acampe y olla popular realizados la semana pasada frente a Casa de Gobierno.