Como hicieron todos los gobernadores de los últimos años, el mandatario acusó a los jueces de inoperancia, inacción y hasta de invalidar lo que el Ejecutivo hace para combatir la inseguridad.
Después de otro crimen resonante, el gobernador Francisco Pérez apeló al más trillado de los discursos de los gobernadores de Mendoza de los últimos 15 años por lo menos: le echó la culpa de todo a la Justicia, incluso de invalidar los resultados potenciales de su trabajo en materia de seguridad.
Pérez "atendió" a la Justicia en general luego del asesinato de Luis Berardy mientras trabajaba en su minimercado en Guaymallén. Y lo hizo como ya había hecho antes: culpándola de todos los males.
Que los jueces duermen la siesta y no trabajan en la tarde todos los mendocinos lo saben porque, aunque nunca fueran a un juzgado, sus últimos gobernadores se han encargado de que se sepa. Que los magistrados son perezosos para firmar órdenes de allanamiento, también ha sido difundido por los mandatarios provinciales de los últimos tiempo, mientras ninguno pudo contra la sensación de inseguridad creciente, sino más bien colaboró a la escalada.
“Yo soy el Gobernador de la Provincia y el máximo responsable del Poder Ejecutivo Provincial desde la faz política y rindo cuentas todos los días de mi gestión a través de ustedes, y a través del contacto con la comunidad de manera permanente en lo material. De manera formal rindo cuentas cada 1° de Mayo todos los años. Y a los cuatro años me voy y viene otro gobernador. En la Justicia, no. La Justicia es una entelequia, nadie se hace responsable, se habla de pedir justicia pero no hay un nombre propio, nadie conduce, nadie se hace cargo de la Justicia, los asesinos siguen sueltos”.
Durísimo discurso para la barricada mediática el del Gobernador, pero sin ningún efecto útil en la práctica. Si los jueces faltan a sus deberes como denunció Pérez para los medios, la ley prevé mecanismos de remoción que controla la política, tanto como los de selección e incorporación de magistrados al sistema.
“La premisa de la sociedad es clara: toda la gente honesta de trabajo y de sacrificio vive detrás de las rejas y los asesinos siguen sueltos. ¿Quién se acuerda de la señora Gordillo, ex trabajadora del Banco Nación, o de Sebastián Prado o de Gustavo Pellegrina? Son solamente estadísticas para el Poder Judicial, nadie le da respuestas del Poder Judicial o de los funcionarios intervinientes”, despejó el mandatario a la cancha de la Justicia.
Luego, le endilgó a los jueces de Mendoza mala praxis en su accionar porque cumplen el ordenamiento que fija competencias para cada tribunal. “En el caso del narcotráfico, lo he tomado como una prioridad, estamos trabajando. En este Gobierno creamos una dirección de Narcocriminalidad. Desde setiembre del año pasado estamos trabajando en la investigación en contra de tres bandas de narcotraficantes, toda esta información la tiene la Justicia Federal y la Justicia Provincial y ni los fiscales ni los jueces intervienen. Se pasan la pelota de un lado al otro, si la competencia es de homicidios, si la competencia es de asociación ilícita, o si es de narcotráfico. La cuestión es que nadie le pone el cascabel al gato. No le importa a nadie”, se quejó Pérez.
Y siguió la crítica: “Esto se lo he dicho al presidente de la Suprema Corte de Justicia, a todos los integrantes de la Corte, y se lo he dicho a la Justicia Federal. Yo no entiendo por qué si el procurador de la Corte, Rodolfo González, firmó una resolución, que es la número 144, en la cual establece que cuando un delito excede a una jurisdicción o toma una connotación de relevancia y de importancia, en el caso del narcotráfico, no lo ha derivado a Delitos Complejos. Sigue en manos de fiscales de Godoy Cruz inoperantes, que pareciera que tuvieran miedo para tomar decisiones, y se pasan la jurisdicción y la información de mano en mano. Esto no da para más, esto es una situación terminal, tienen que reaccionar porque toda la comunidad habla de una entelequia”.
Pérez también se expresó sobre el trabajo de los jueces y fiscales. “Ellos cumplen su trabajo de 8 a 13, se van a almorzar, a dormir la siesta, y a la tarde, si tienen tiempo y quieren, van a revisar los expedientes y los toman como un número. En todos esos casos que estoy diciendo y muchos más que hoy están sin resolución, los asesinos están sueltos”, dijo el mandatario.
Pero además, el Gobernador se refirió al trabajo que se hace en materia de seguridad y prevención del delito desde el Poder Ejecutivo.
“Nosotros hacemos todo el trabajo que hay que hacer, porque es complementario. Estamos trabajando en meternos en los lugares más marginales, mejorar las condiciones de vida, establecer herramientas de inclusión social desde lo cultural, desde lo deportivo. Volver a reincorporar a los chicos a la escuela, porque la escuela tiene una incidencia directa y la falta de educación sobre el delito. El 95% de los casi 3.500 internos que tenemos en cinco penitenciarías no tienen terminalidad educativa. Y la Justicia no actúa”, explicó en ese sentido el Gobernador.