Artaza: "Cobos y Sanz son importantes, pero el problema de la UCR es que no es un proyecto diferente de la centroderecha"

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 Eugenio "Nito" Artaza, senador de Corrientes, aseguró en una entrevista con Tiempo Argentino que el partido de Alem debe abandonar la agenda mediática para abordar temas "revolucionarios". 

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Artaza, Alfonsín y Cobos, en uno de los actos en los que el radicalismo intentó mostrar unidad partidaria.

 

Por Demian Verduga
Para Tiempo Argentino

Durante el verano, Eugenio "Nito" Artaza, senador de Corrientes, radical de pura cepa e histórico habitante del teatro de revistas y de la comedia, mezcla sus dos vocaciones, la política y el teatro, con mucha más intensidad que el resto del año. El resto de los meses, sólo participa del escenario político. Ese territorio, a veces –hay que decirlo– tiene puntos de contacto con el mundo del espectáculo. En parte es porque los políticos se exponen mucho, al igual que los actores, y también porque se exageran los vedetismos.

"Veo mucha chicana en la política. Hay poca discusión de ideas", dice al respecto Artaza. El senador, para hablar con Tiempo Argentino, hace una pausa en su agitada vida veraniega, que lo lleva en el mismo día de su despacho en Capital Federal a Mar del Plata, donde comparte cartel con Miguel Ángel Cherutti.

–Dentro de la interna radical, ¿se queda con Julio Cobos o con Ernesto Sanz?

–Ambos son referentes importantes del partido. De todos modos, creo que el problema del radicalismo es que todavía no encontramos un proyecto. Tenemos que diferenciarnos de la centroderecha que representan (Daniel) Scioli y (Sergio) Massa. Debemos reconocer los aciertos de los últimos diez años y mejorar. Nuestro discurso debe apuntar a los trabajadores, no a las corporaciones. La UCR tiene que ser revolucionaria. Por otra parte, tenemos que ver cómo reconstruimos el respaldo de los bonaerenses y los porteños. Sin esos distritos, no somos opción de poder.

–¿Cómo definiría ideológicamente las posturas de Cobos y Sanz?

–En general, todos apuestan demasiado a acentuar el perfil opositor. Y el tema es que el justicialismo está construyendo su propia oposición. Por eso, nosotros debemos ir por el lado del centroizquierda. Hay temas, como la situación de las cárceles, que deberían estar en nuestra agenda. Lo que pasa con la minería, la trata de personas, la educación pública, el medio ambiente, también.

–En la construcción de ese perfil más parecido al que encarnó Raúl Alfonsín en los '80, ¿cómo evalúa la posible alianza nacional con el FAP liderado por Hermes Binner?

–Podemos tener un frente con ellos, al igual que con "Pino" (Solanas). Me parece bueno que consensuemos un proyecto. Pero necesitamos salir del sentido común que imponen los medios de comunicación. No podemos asumir discursos conservadores sólo para ganar elecciones. No podemos ser tan aburridos (risas). Debemos ser revolucionarios. Respaldar la sindicalización de las fuerzas de seguridad, por ejemplo, y la inclusión social tiene que ser una bandera nuestra.

–Una eventual coalición con el FAP, ¿ayuda a definir un sendero más progresista?

–Sí, ayuda. Pero es importante que ellos sientan realmente esa alianza. Hay muchos sectores que sólo quieren usar la estructura territorial de la UCR.

–¿Cree que Binner apuesta a eso?

–Me parece que ese acuerdo todavía está en gestación. Pero el radicalismo no tiene que ser furgón de cola de nadie. Debemos abordar el problema de la droga y tantas otras cosas. Y no veo a los dirigentes hablar sobre eso. Están siempre en el chicaneo.

–La semana pasada hubo dos reuniones por separado de Solanas con Cobos y Sanz con Binner. Eso generó debate…

–Son insoportables (risas). Parecen vedettes. Yo los quiero mucho y voy a acompañar. Debo ser franco: Cobos, al menos es un hombre que busca dialogar con todo los sectores. Hay otros que están con el tema de la orga (sic). No sé dónde están los dirigentes de Franja Morada. A ellos hay que convocarlos. Si yo fuera presidente de la UCR, llamaría a la Convención para discutir un proyecto. Todavía tengo en mente cambiar algo, como dice la canción. He sido muy opositor a este gobierno, pero le reconozco que enfrentó a varias corporaciones. Por eso, creo que deberíamos levantar aquel proyecto que nos enamoró en el '83. Estoy trabajando con dirigentes de distintos distritos para lanzar una nueva línea interna, de los que queremos impulsar esta visión.

–Muchos dirigentes suelen destacar la experiencia que hizo UNEN en Capital en la última elección. ¿Cómo la vio?

–Ojalá fuera normal. Pero esos dirigentes son raros (risas).

–¿Por qué?

–Un día están acá y otro allá. No sé si me siento cómodo con el autor de la 125 (por Martín Lousteau). Hay gente allí que valoro, como "Pino". Ojalá podamos trabajar juntos en el Senado. Pero tenemos que ver qué hace (Elisa) Carrió. Un día puede estar ahí y al siguiente irse de golpe. Nunca se sabe. De todos modos, fue válida la construcción, pero no sé si al radicalismo le sirvió de mucho.

–Lo que se suele rescatar de UNEN, Cobos lo hizo, es la utilización de las PASO.

–Sí, es valorable. Suelo coincidir con Cobos. Creo que sigue siendo el mejor candidato del radicalismo. Él puede llevar algún proyecto adelante. Me gusta su voluntad de diálogo y también que haya creído en la concertación plural. (NdR: se refiere a la alianza del cobismo con el kirchnerismo). Y que le haya puesto límites al gobierno aún siendo parte.

–No lo ve como un "traidor" a la UCR, como algunos le endilgan.

–Eso ya fue superado. Él creyó en una concertación plural. Es un hombre valioso que nos podría haber hecho recuperar volumen electoral si le hubiéramos dado lugar en 2011. Y me temo que ahora estamos cometiendo en mismo error.

–¿Lo dice porque no quedó como jefe de bloque en Diputados?

–Deberíamos cuidar a un dirigente que tiene la visibilidad de Julio. Además, tuvo un gran resultado en Mendoza. Ojo, lo mismo hay que hacer con otros. Sanz es un gran senador. Es un hombre muy inteligente.

–Usted es uno de los radicales que más recupera políticas de los últimos diez años. ¿Lo complica dentro del partido?

–Se generan conflictos porque pongo por delante el progresismo y porque, aunque soy opositor, puedo rescatar cosas. Hoy todo el mundo quiere aprovechar cierta debilidad del gobierno después de las elecciones. Está de moda "pegarle" al gobierno, incluso con el discurso reaccionario de desgastarlo hasta que se vaya. Cuando nosotros atacamos tanto al oficialismo juntamos votos para la derecha. Y creo que deberíamos disputar parte del electorado kirchnerista, que quedará vacante porque Scioli y Massa son de derecha.

–¿Cree que Massa puede cooptar dirigentes radicales?

–No. De todos modos, me parece un gran error que haya dirigentes de la UCR que piensen en eso.

–¿La UCR, a diferencia del PJ, no le da tanta importancia al dirigente que arrastra votos?

–Sí, porque pesa demasiado la "orga". Hay que abrir el partido y cerrar el museo. Tenemos que demostrarle al electorado que somos capaces de gobernar.

Un peronista a la derecha

Eugenio Artaza, más conocido como "Nito", en la calle, en los medios y en el Senado, durante enero hace teatro además de política. Ahora se presenta con su histórico compañero de ruta, Miguel Ángel Cherutti, en Mar del Plata. La obra se llama Pato a la naranja. Hay algunos datos para señalar: Artaza, se sabe, es radical; Cherutti, en cambio, es peronista. Artaza rescata políticas de los últimos 10 años; Cherutti simpatiza con Mauricio Macri.

–¿Cómo se llevan? ¿Hablan de política?

–Yo lo quiero mucho, pero es un peronista de derecha.

–Y amigo de Macri.

–Yo también lo conozco a Mauricio. El tema es, por ejemplo, que si hubiera una nueva crisis con los bancos, yo estaría afuera con los ahorristas y Mauricio adentro con los gerentes. Si me comparo con Miguel (ángel Cherutti), él quiere más policía para combatir la inseguridad, yo quiero menos pobreza.

–¿En lo personal se entienden?

–Es un gran amigo y hablamos mucho de política. Creo que él también va a terminar metiéndose.

–¿En el PRO?

–Ojalá que no. Él es muy peronista y espero que se incorpore allí. Hoy estaría con (Sergio) Massa, seguramente, porque es de derecha.

–¿Cómo es su día en Mar del Plata?    
–Los lunes y martes estoy en Buenos Aires y después vengo para acá, a actuar. La política me cambió mucho. Siempre hay un periodista que me llama temprano.
 
–¿Ya no se puede acostar tarde?
–Depende del día. Los viernes me gusta ir a comer después del teatro y tomarme mi vinito. Voy con amigos, mi novia, o con compañeros del elenco.

–Hay menos internas en la obra que en la UCR…

–(Risas). El problema del radicalismo no es el cartel sino cuál es la obra. Qué comedia vamos a representar. Ese es nuestro conflicto.

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