
El Código de Aguas que impulsan Alfredo Cornejo y Sergio Marinelli establece que el gobernador de turno puede convertir a la minería en la prioridad de la entrega de agua de los ríos si considera que esta opción será más rentable que regar el arbolado público, por ejemplo.
Además, cambia el rol del jefe de Irrigación para darle total potestad sobre el destino de los ríos de Mendoza. Irrigación pasará a llamarse, según la propuesta, "Departamento General de Aguas" y no será sólo una autoridad de riego sino "una autoridad en materia de todos los usos del agua".
Según el Código, quien dirija Irrigación decidirá con el gobernador el uso que se le dará al agua de los ríos. Entre las prioridades para esos usos, además del abastecimiento de la población (que está al tope de la lista), aparece la minería, la generación eléctrica, el turismo, entre otros.
Sin embargo, Cornejo, o el gobernador de turno, podrá alterar el orden de las prioridades, indica el código en su artículo 69 (N. de la R: el anteproyecto y todos sus artículos pueden leerse aquí).

Como adelantó Marinelli semanas atrás, el código permitirá fijar qué cantidad de agua de los ríos se les da a las empresas mineras.
"El volumen que corresponde a cada uso especial se determinará y actualizará a través del procedimiento de Aforo regulado en este Código, debiendo ser en cantidad necesaria para satisfacer los usos a los que se destina, e incluir las necesidades según el grado de eficiencia de cada red de distribución hasta la toma que corresponde a la cabecera de canal bajo jurisdicción de las Inspecciones de Cauce. El Plan Hídrico deberá limitar el volumen máximo que puede asignarse a cada uso", se lee en el artículo 72.
Tras la aprobación del RIGI y cuando estaba cocinándose el Código de Aguas, Cornejo sumó la pata privatizadora del Banco Mundial a la administración del recurso hídrico. Una misión encabezada por David Michaud, gerente de la Práctica Global de Agua para América Latina y el Caribe, desembarcó en Mendoza para analizar posibilidades de negocios en el rubro.
En contexto del impulso a un Código de Aguas y el embate minero que permitirá a grandes empresas llevarse el oro y el cobre de la cordillera, el Banco Mundial estudia por estas horas la posibilidad de meterse en inversiones públicas. Todo bajo el marco de sumar "asesoramiento y asistencia técnica en materia de proyectos hídricos y de agua y saneamiento", dijeron voceros de la reunión, que se hizo este jueves en Casa de Gobierno.

