Apagan las luces de los carteles. Cambian focos comunes por luces led. Inventan promociones. Hacen que sus empleados trabajen menos horas. Pero nada pueden hacer contra el tarifazo y la suba de alquileres y servicios. Los comerciantes de Mendoza sienten el ahogo de las políticas nacionales en carne propia, tal como admitió la Federación Económica de Mendoza en su último informe.
La FEM, que pese al panorama nacional y provincial transmite su optimismo en sus reportes, indicó que en Mendoza la venta minorista cayó 15,5%, un punto más que la media nacional. El Centro de Empleados de Comercios reportó el cierre de 600 locales durante 2018. El dato va en consonancia con el impacto de los tarifazos de luz, agua y gas ejecutados por el macrismo.
El impacto del aumento en las tarifas en la economía familiar redujo el consumo a lo básico: después de pagar las boletas y servicios como el alquiler y el transporte, sólo queda resto del sueldo para comer y alimentarse. La caída en todos los rubros del comercio refleja esa realidad, admitió la FEM.
Con el tarifazo del Mendotran, el transporte acumuló una suba de 70,4% en un año
A eso se suma el retroceso en el poder adquisitivo: los salarios pierden por goleada contra la inflación desde hace tres años según los propios datos del INDEC.
Paliza de la inflación a los salarios en el 2018: fue 47% versus 29%
Una recorrida por los locales de calle San Martín, Catamarca, Espejo, 9 de Julio, España, alcanza y sobra para una muestra gratis del panorama en decadencia de los comerciantes, que sufren en carne propia lo que miles de mendocinos ante el panorama recesivo generalizado.
Miles de familias quedaron en la calle durante 2018: en la provincia hubo una merma de 0,4% de trabajos registrados en el sector privado, mientras que si se toma el Gran Mendoza, donde se concentra la mayor cantidad de población, la pérdida en promedio es mayor: 1,7%.
Para muestra, este testimonio brindado en Canal 9: