El gobernador Omar Gutiérrez activó su aparato de propaganda para adjudicarse la responsabilidad por la marcha atrás de Mauricio Macri en las medidas para congelar los precios de los combustibles hasta después de las elecciones. La operación consistió en difundir que fue él quien obligó al gobierno a rectificar una resolución de Energía a las pocas horas de difundirla.
"Hablé con todos los ministros y logré que no se publicara en el Boletín Oficial la resolución anunciada que establecía un precio interno para el barril de crudo y un precio del dólar para el sector hidrocarburífero", declaró el gobernador neuquino.
No obstante, se conoció luego que una carta de las petroleras fue la que desactivó la decisión de Macri. Nada tuvieron que ver los presuntos tubazos de Gutiérrez "a todos los ministros".
Después de todo, no tendría ningún sentido hablar con los ministros de Educación o Seguridad o Justicia para conseguir una retractación en un plan que a los sumo incumbe de forma directa a la cartera de Hacienda y su ala de Energía, y de manera indirecta a la Jefatura de Gabinete y el Ministerio del Interior, que tiene bajo su ala la relación política del presidente con los gobernadores.
Manotazos de campaña
La propaganda de Gutiérrez, replicada por la red comunicacional pagada por el gobierno neuquino, tiene sentido electoral. Está en línea con la reacción que tuvo el senador nacional y líder sindical de los petroleros, Guillermo Pereyra, candidato a renovar su banca por el Movimiento Popular Neuquino (MPN).
Pereyra salió tercero en las PASO en Neuquén, un resultado que, de repetirse en octubre, lo expulsa del Senado de la Nación.
Gutiérrez y Pereyra son socios políticos. Pertenecen al mismo partido, el que gobierna Neuquén desde hace seis décadas, con algunos intervalos durante algunos de los procesos dictatoriales que padeció el país, pero tienen intereses particulares, a veces aunados y otras no.
Ambos mantuvieron una alianza con Macri fundada en la mutua conveniencia de allanar los negocios a las petroleras en Vaca Muerta. Ese pacto de los neuquinos del MPN con el presidente incluyó la concreción de la flexibilización laboral de los petroleros.
La sociedad de los dirigentes neuquinos con Macri se resquebrajó cuando Macri podó los subsidios a Tecpetrol, el brazo petrolero del poderoso Grupo Techint, que lidera el magnate Paolo Rocca.
El MPN actúa de forma ordinaria como instrumento de presión de los intereses de las compañías petroleras radicadas en la provincia.
Quién es quien
Gutiérrez no se mueve sin antes tener la venia del jefe del MPN, el ex gobernador Jorge Sapag, hijo de Elías y sobrino de Felipe, los fundadores del Movimiento Popular Neuquino, conocido como en partido provincial en Neuquén. Pereyra tiene agenda propia.
Sapag fue socio político del kirchnerismo, siendo una pieza clave en la puesta en marcha de la explotación de Vaca Muerta. Un escenario que no hubiese sido posible sin la estatización del control accionario de YPF, resuelto durante el segundo mandato de Cristina Fernández. https://mostbet-games.net/pe/
Gutiérrez pactó con Macri la política que impera desde 2017 para los hidrocarburos shale. Sapag nunca cerró la línea con el kirchnerismo. Pereyra es antiK.
El escenario local
En ese escenario, Pereyra se presentó a las elecciones para renovar su banca en el Senado por el MPN con apoyo de Gutiérrez y Sapag, al menos en lo formal. Hay versiones cruzadas en los mentideros de la política neuquina sobre el grado de compromiso de Sapag con la candidatura de Pereyra.
En la campaña para las PASO, Pereyra optó por un discurso crítico hacia Macri, movido por el liderazgo de Cristina en la opinión pública provincial, que se confirmó en las elecciones del domingo, en las que Alberto Fernández se impuso cómodamente sobre Macri.
La política de Macri a favor de los negocios de las petroleras (casi todas socias del macrismo desde muchos antes de que llegara a la Casa Rosada) no benefició a la población neuquina en general, al menos eso quedó expuesto en las PASO.
Pereyra se enfrentó a ese panorama negando su antes indisimulable cercanía con Macri.
El sindicalista, de muy buena relación con Miguel Pichetto, como los dueños de Vaca Muerta, fue a las PASO con boleta corta, sin fórmula presidencial. Su lista quedó tercera en las primarias del domingo, a tres puntos y medio del macrismo, que salió segundo.
Para renovar la banca en el Senado de la Nación, Pereyra tiene que superar en las generales de octubre al macrismo, que lleva al intendente de la capital Neuquina, Pechi Quiroga, en la cabeza de la lista y a la ex emepenista Lucia Crexell, sobrina de Jorge Sapag, en el segundo lugar.
Es decir, al candidato del MPN nada le viene mejor en esta instancia que una causa para profundizar el alejamiento de Macri.
"Un tiro de gracia"
El senador candidato salió con los tapones de punta no bien se conoció la resolución que congelaba los precios del petróleo a la cotización internacional del Brent (petróleo del Mar del Norte) y del dólar registrada el viernes previo a las PASO, antes de la corrida. Esa medida afectaba la renta petrolera. Los empresarios del sector la voltearon con una carta en términos bélicos al Ejecutivo nacional.
Mientras tanto, Gutiérrez y Pereyra trataron de llevar agua a sus molinos con la oposición al anuncio presidencial. El senador amenazó paralizar los pozos de Cuenca Neuquina, en la que se halla la famosa formación shale Vaca Muerta.
Pereyra advierte que sacará 25 mil petroleros de Vaca Muerta a la calle si congelan los combustibles
Pereyra cuestionó que las medidas "afectan directamente la actividad petrolera e hidrocarburífera, que se ha visto intervenida por estas decisiones". Y se declaró en guerra contra la gestión macrista en este sentido.
En un comunicado remitido a los medios, se refirió en duros términos a la administración macrista.
Las referencias quedaron desfasadas porque el gobierno nacional metió marcha atrás en su plan. No por las expresiones de Pereyra y Gutiérrez, sino por la presión real de las empresas.