El titular de Irrigación, Sergio Marinelli, reforzó la estrategia de propaganda oficial contra los vecinos y asambleístas que se oponen al fracking y que, en diciembre de 2019, protagonizaron la pueblada del agua que restituyó la Ley 7722. El funcionario, además, responsabilizó a los agricultores del consumo desmedido de agua.
“Hay personas que están en contra del fracking por razones ideológicas. Bueno, tienen derecho… pero con ellos es imposible hablar -remarcó Marinelli en la página del DGI- Por más que le expliques y le muestres ellos ya tienen su opinión formada, no importa si generan o no problemas. Hay personas que por razones teóricamente del cuidado del ambiente, tampoco lo quieren y no están dispuestos al diálogo".
Marinelli hizo un raid mediático en canales y radios en los últimos días después de que las Asambleas por el Agua junto a vecinos de bairriadas afectadas por la merma o falta total de agua exigieran el balance hídrico en Irrigación. Pidieron también que se blanqueara cuánta agua dulce se usa en el fracking.
Sin embargo, ya otras organizaciones revelaron el accionar de Irrigación en favor de las petroleras que avanzan con el fracking en Mendoza haciendo uso de recursos cercanos a los acuíferos y humedales cercanos a Llancanelo.
Xumek apuntó en su informe anual de 2018 que la administración Cornejo y Marinelli dejaron al humedal en “absoluta desprotección” para favorecer a la empresa petrolera El Trebol, donde tienen participación Daniel Vila y José Luis Manzano, que saca agua de los arroyos El Alamito y El Chacay, que alimentan a la laguna sureña.
“Resulta inconcebible el permiso otorgado sobre el Río Salado en caso de los pozos experimentales, desarrollados por la empresa El Trébol”, postula la organización. Por el impacto ambiental en los afluentes que alimentan la laguna y en la vida misma de las especies derivada de la fractura de roca bajo el suelo, el gobernador de Mendoza y su secretario de Ambiente, Humberto Mingorance, fueron denunciados penalmente por la Asociación de Abogados Ambientalistas de Argentina.
En octubre del año pasado, Cornejo ordenó avanzar con el fracking en pozos del área Chihuido Salinas del Sur con agua del río Grande.
Precisamente, el río Grande del que YPF pretende sacar agua para la fractura de roca tendrá menos de la mitad del promedio de un año medio en Mendoza. El río Tunuyán y el Mendoza, que usarían en el caso de avanzar con Chañares Herrados, también tienen mal pronóstico, según Irrigación.
Flowback fuera de control en Vaca Muerta
Los detractores del fracking aseguran que acarrea numerosos riesgos para el ambiente y la salud como la contaminación del agua, el aumento de la actividad sísmica y fugas de metano.
Al inyectar la mezcla de agua con aditivos químicos y arena esta vuelve a superficie a alta presión junto al gas. Se ha estimado que entre el 25% y el 75 % del flowback vuelve a superficie donde se almacena en estanques al aíre libre para su posterior tratamiento y reutilización.
En Añelo, corazón de Vaca Muerta Greenpeace capturó imágenes de piletones al aire libre donde tiran los restos del fracking las empresas, totalmente fuera de control.
El principal problema es que parte del agua se pierde durante el proceso y como contiene aditivos químicos puede contaminar las faldas acuíferas, además siempre existe el peligro de fuga de los estanques.
Marinello se cuida de mencionar el flowback al hablar de fracking.
“El fracking se está haciendo en la lengua norte de Vaca Muerta. Hay 3 formaciones: una es Vaca Muerta y las otras son similares. El petróleo está contenido en la roca madre a más de 1800 o 2000 metros. Entonces, lo que hacen para extraerlo es un pozo convencional de petróleo y a la par un pozo de agua, que es el que usamos nosotros para hacer un monitoreo permanente, tomando muestras que son analizadas por la Universidad Nacional de Cuyo. La empresa privada saca las mismas muestras, en el mismo momento siguiendo un protocolo y también hace analizarlas en el laboratorio privado que elige. Después se contrastan los resultados", remarca.
Y sigue con su prédica profracking que apunta al agro como consumidor masivo de agua: "Ese pozo convencional lleva una cantidad mínima de agua potable. Para tener una idea: 12 pozos consumen lo que consume media hectárea de viña en todo el año. Pero, insisto, cuando se hace la fractura hidráulica, que es el fracking, interviene un equipo especial que lo que hace es meter agua de formación. No se usa agua dulce”.
La toxicidad de las aguas de reflujo del fracking no se pueden cuantificar aún, ya que la composición química que se utiliza permanece bajo secreto comercial, pero se conoce que en cada perforación se utilizan 400 toneladas de aditivos químicos.
Se ha identificado grandes cantidades de Radón que es un gas altamente cancerígeno, además de sulfuro de hidrógeno e hidrocarburos volátiles. Esto fue expuesto por diversos técnicos en la Legislatura durante el 2019.