Un mes después de que se conociera que cientos de cosechadores habían quedado varados en la Terminal de Mendoza, la postal se reedita: en una finca de Rodeo del Medio (Maipú) unos 50 trabajadores salteños están impedidos de volver a su provincia. Pasaron la noche del sábado en un taller de la empresa de transporte que debe llevarlos, en Las Heras, y aún esperan respuesta por parte de la CNRT y de la Provincia.
Para ninguno de estos trabajadores, ni para sus familias, están garantizadas las condiciones de higiene mínimas que requiere la prevención del COVID-19.
Nunca dejaron de haber cosechadores varados en Mendoza, pero los sacaron de la Terminal de Mendoza, donde el problema era visible y había tomado ribetes de escándalo llegando a los medios nacionales por la inacción -o la acción bochornosa obligando a un grupo a sacarse una foto de agradecimiento a Suarez- del Gobierno de Mendoza.
Desaparecieron de la vista de los mendocinos y de muchos medios de comunicación. Siguieron hacinados esperando arriba de micros o en galpones en las fincas de toda la provincia después de levantar la cosecha, primero de uva y después del olivo y el membrillo.
"En la finca les dicen, ya terminaron, vayansé. Y ahí empieza una carrera para ver cómo se vuelven. Les dicen que vayan a la Terminal, cuando llegan les dicen 'acá no hay micros'", detalló a EXPLÍCITO Pablo Massutti, docente, miembro de la Red por los Derechos Humanos Mendoza y de la Coordinadora por los bienes comunes, quien este domingo trataba de asistir a los cosechadores.
Calcula Massutti que unas 10 mil personas llegan a Mendoza para levantar la cosecha en época estival. Llegan desde el norte acuciados por la pobreza y la falta de trabajo en sus provincias de origen. Las pocas monedas que puedan juntar aquí, a 18, 20 o 25 pesos el tacho de uva, es mejor que la nada de la que vienen. Duermen en galpones, están en negro y las necesidades básicas se arreglan sobre la marcha, si es que se arreglan. Todo ese engranaje de precariedad y explotación aceitado por empresarios y Gobierno desde hace años. Con la diferencia que esta vez la pandemia lo dejó a la vista.
La Gendarmería corrió a las organizaciones
Cuando cientos y cientos de familias quedaron tiradas, literalmente, en el suelo de la Terminal, salieron en auxilio organizaciones barriales y de Derechos Humanos, que armaron una cadena solidaria buscando viandas de comedores de Guaymallén o de donde consiguieran.
Poco después, con el tema ya imposible de ocultar por parte de la prensa, la Gendarmería montó en la Terminal un operativo de identificación de los que se acercaban a asistir a los cosechadores. "Nos pidieron datos y documentos y nos dijeron que no podíamos estar ahí. Que si volvíamos nos iban a iniciar una causa", recordó Massutti.
Gendarmería identificó y sacó fotos a miembros de organizaciones sociales
El siguiente paso fue impedir que los cosechadores entraran a la Terminal si no tenían ya asignado un micro desde antes. A lo sumo podían usar los baños, pero no permanecer en los pasillos. Los obreros quedaron varados entonces en las fincas, durmiendo con suerte en los micros que los iban a llevar a sus provincias, o en algún galpón de ocasión. En algunos casos fueron llevados a albergues.
"Tapar la olla no significa que no esté pasando. Esta gente en Rodeo del Medio espera desde el jueves. Hay gente que ha perdido el micro esperando que el patrón les pague. Se han quedado a dormir sobre cartones. Los que vinieron de Jujuy allá no tienen nada para trabajar. Termina la cosecha en octubre y después no hay más nada. Les han cobrado 5 mil pesos para llevarlos de vuelta. Se gastaron la poca plata que tenían en las viandas para comer mientras esperaban", completó el docente.
Militantes barriales que ayudaron a los varados en la Terminal denunciaron aprietes de la policía
Laberinto de burocracia y desatención
Los varados en Rodeo del Medio, explicó Massutti, deben llegar a Salta, que requiere para entrar autorizaciones específicas de los intendentes de cada localidad. Necesitan las nóminas con los DNI y los domicilios de cada persona. "Todo eso se venía normalizando. Desarrollo Social venía haciendo ciertas cosas, pero son insuficientes. Ahora les han dicho que la CNRT no da la autorización para que salgan, pero la CNRT dice que sí están dados los permisos", completó.
El laberinto de papeleo, precariedad laboral y destrato por parte de sus patrones se agrava por la nula o tardía respuesta de las autoridades provinciales. "Nosotros ya no podemos intervenir porque no podemos entrar a la Terminal. Tampoco nos atienden los teléfonos en Desarrollo ni en Derechos Humanos", cerró el referente de la Red.-