El gobierno perdió el rumbo definitivamente. No sólo perdió las elecciones. Dejó en evidencias que su único contacto con la realidad es a través de las encuestas. Y que sus encuestadoras le mintieron sin el menor reparo.
"Nosotros sólo podemos regirnos por las encuestas. Y ninguna encuesta preveía esto", declaró el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en referencia al resultado de las PASO. El gobierno perdió por más de 15 puntos con el candidato del peronismo unido.
Frigerio admitió que el único contacto del gobierno con el sentir de la sociedad es vía encuestas. Es decir, si las encuestadoras pifian, el gobierno está condenado a responder a una película de ficción más que a las necesidades de la realidad.
Mauricio Macri perdió hasta el tacto para determinar qué puede generarle un estallido en la relación con su principal base de sustentación: las compañías petroleras, integrantes del selecto grupo de beneficiarios de la gestión compuesto por las empresas del sector energético.
El miércoles el presidente anunció el congelamiento de los precios de los combustibles hasta después de las elecciones. La medida alteró a los dueños de Vaca Muerta. Tecpetrol, PAE, Compañía General de Combustibles, entre otras, junto a la estatal YPF y un puñadito de multinacionales extranjeras.
El congelamiento de los precios en los surtidores conllevó una serie de medidas para garantizarlo. Por caso, el congelamiento del precio del dólar y el del barril de petróleo interno a los valores que regían el viernes anterior a la paliza electoral que le propinara Alberto Fernández a Macri en las PASO.
Las petroleras de inmediato mandaron una declaración de guerra por vía privada al presidente que habían ayudado a ganar el cargo, desde mucho antes de las elecciones de 2015.
El sindicalista Guillermo Pereyra hizo público el descontento. Y el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, salió a decir que el gobierno daba marcha atrás con la imposición de un precio para el barril de petróleo diferente al del mercado.
Hacia la medianoche del miércoles el país estaba sumergido en una profunda confusión. Los medios porteños titulaban con diferencia de minutos que se abolía el congelamiento de precios de los combustibles y que se dejaba sin efecto la abolición.
Mientras tanto, el gobernador neuquino con su aparato de propaganda pujaba por instalar que Macri había dado marcha atrás con la medida.
En concreto: la Secretaría de Energía dejó sin efecto los términos de la resolución que reglamentaba el congelamiento de los precios de los combustibles para llegar a un texto acordado con las petroleras.