El economista neoliberal Paulo Guedes, un producto de la Escuela de Chicago, será el ministro de Hacienda del gobierno de Jair Bolsonaro. En sus primeras manifestaciones tras la consagración del ex militar de extrema derecha anticipó un programa basado en un fuerte ajuste para reducir el déficit fiscal, la apertura de la economía al mercado y la privatización de empresas públicas. Nada que no esté dentro de su prédica habitual, que es ampliamente conocida no sólo en Brasil sino en toda Sudamérica, adonde tiene seguidores.
El analista de La Nación, Carlos Pagni, se paró sobre las líneas generales de la filosofía adquirida por Guedes en su formación en la escuela liderada por George Stigler y Milton Friedman y las contradicciones que presenta con la línea militar nacionalista que acompaña a Bolsonaro, que intentará defender las empresas públicas y la protección a las empresas nacionales.
Pagni recordó que el electo presidente de Brasil tiene una inferioridad de fuerzas notables en la Cámara de Diputados, con no mucho más del 10 por ciento del total de más de 500 miembros del cuerpo. Advirtió que en el gigante sudamericano las pertenencias partidarias de los diputados son más débiles que en Argentina y deslizó algo conocido a esta altura: la compra venta de voluntades es moneda corriente en el Poder Legislativo brasileño.
Dicho eso, Pagni consideró que Brasil se presentará como en espejo para Mauricio Macri en el sentido de que Bolsonaro y Guedes avanzarán en un plan drástico de refomas de tinte neoliberal, similar al que le hubiese gustado al líder de Cambiemos, pero que no se animó a interpretar por la debilidad de su alianza electoral en el Congreso. No se animó hasta ahora, porque, como dice Pagni, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional implica un cambio radical con el agravante de la pérdida de capital político en el camino.
