Confirmaron la prisión perpetua al ex comisario Luis Abelardo Patti y a Reynaldo Bignone

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La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas para el ex intendente (foto) y el ex dictador Bignone, por el secuestro y asesinato del ex diputado justicialista Diego Muñiz Barreto y del militante Gastón Goncalvez.

Patti y Bignone recibieron sus respectivas condenas a prisión perpetua por cuatro crímenes cometidos en 1977. Foto: Télam.

El último dictador que gobernó el país, Reynaldo Benito Bignone (1982-1983), y el ex comisario bonaerense Luis Abelardo Patti recibieron sus respectivas condenas a prisión perpetua por cuatro crímenes cometidos en 1977.

La Cámara Federal de Casación Penal ratificó también el castigo a perpetua para el ex agente de inteligencia del Ejército Martín Rodríguez y seis años de prisión para el ex comisario de Escobar Juan Fernando Meneghini.

Los cuatro ex represores habían sido condenados en abril de 2011 por el Tribunal Oral Federal número uno de San Martín por nueve privaciones ilegales de la libertad (tres de ellos, desaparecidos), dos homicidios, tormentos, y violaciones de domicilios.

Los asesinados fueron Diego Muñiz Barreto, ex diputado nacional por la Juventud Peronista de la Tendencia Revolucionaria, y Gastón Roberto Gonçalves, militante de la misma juventud y padre del bajista de la banda "Los Pericos".

En el mismo proceso se conocieron los secuestros de Carlos Daniel Souto y Guillermo D'Amico y Luis Rodolfo D'Amico -los tres siguen desaparecidos-, Juan José Fernández (secretario de Muniz Barreto) y Osvaldo Tomás Ariosti (ambos fallecidos).

Todos ellos fueron secuestrados en 1976 y 1977 cuando Meneghini y Patti actuaban en la comisaría 1ra. de Escobar, donde varios recibieron torturas antes de ir a parar al centro clandestino de detención "El Campito", que dependía de Institutos Militares en la guarnición de Campo de Mayo.

Según la Fiscalía, Patti amenazó varias veces de muerte y detuvo a Gonçalves, alias "José", hasta que el mismo día del golpe de Estado de 1976 lo secuestró, y luego torturó, asesinó e incineró el cadáver.

"¡Dejate de joder o te voy a matar!", dijo la acusación que solía espetarle Patti a Gonçalves. De acuerdo con la acusación, el miércoles 24 de marzo de 1976 a Gonçalves lo secuestró Patti y llevó a la comisaría 1ra. de Escobar donde fue golpeado y torturado. Incluso varios sobrevivientes lo vieron detenido en un camión estacionado en el patio de la seccional, hasta que el 2 de abril apareció muerto de un disparo en el cráneo e incinerado, a un costado de la ruta 4, en el paraje El Cazador, junto a otros tres cadáveres.

Manuel Gonçalves, uno de los hijos de la víctima, contó que su padre "era una de las personas directamente marcadas para ser secuestradas, no es casual que lo secuestraran el primer día del golpe" de Estado.

El joven relató que cuando su padre fue secuestrado, su madre estaba embarazada de él y lo tuvo en la clandestinidad. Luego la mujer, con su bebé, se refugió en San Nicolás, en la casa de amigos, que fue atacada por las fuerzas de la represión en noviembre de 1976.

Manuel contó que allí "matan a todos y el único sobreviviente fui yo". Entonces fue dado en adopción y diecinueve años después recuperó su relación con su familia biológica.

El joven añadió a la prensa que cuando fue hallado el cadáver de su padre había documentación cuyas "últimas hojas son del '96, con lo cual se ve que la policía siguió haciendo inteligencia".

"A mí también me sorprendió cuando empezaron a hablar de Patti" y su eventual culpabilidad en el caso, pero se mostró convencido de ello a partir de la "prueba documental y los testimonios contundentes" que aparecieron en el proceso.

Muniz Barreto y su secretario fueron secuestrados en febrero de 1977. El entonces ministro de Economía Alfredo "Joe" Martínez de Hoz se interesó por la suerte del ex diputado nacional, al que conocía por motivos familiares.

Los investigadores sospechan que a raíz de aquel interés de "Joe" fue que los represores optaron por simular que Muniz Barreto y Fernández sufrían un accidente automovilístico arrojándolos, el 6 de marzo, a bordo del Fiat 128 del segundo al arroyo Moreira, cerca de Villaguay, provincia de Entre Ríos.

Pero Fernández, que había sido jugador de rugby y tenía mejor condición física, consiguió salir a nado del vehículo, mientras Muniz Barreto murió ahogado. Luego Fernández partió al exilio a España y allí dio testimonio de lo que había padecido ante una delegación de la ONU. Años después falleció por problemas cardíacos.

Confirmaron la condena de Reynaldo Bignone. Foto: Télam
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