La licitación de la infraestructura para el tren de Vaca Muerta tambalea. La primera fase del plan del Ministerio de Transporte desembocó en un fracaso. Las petroleras demostraron mucho menos interés en comprar cupos de cargas del predicado por el gobierno.
El jefe de Transporte, Guillermo Dietrich, consideró que la demanda a futuro de las operadoras garantizaría la rentabilidad de la operación del tren. Y ahí se justificaría el interés de inversores por adelantar los fondos para la infraestructura. El negocio es más vidrioso en la realidad que en el relato macrista.
El plan del gobierno de Mauricio Macri necesitaba vender de antemano el transporte de cuatro millones de toneladas. La licitación de las cargas se cerró con la demanda de 3,3 millones de toneladas. El gobierno postergó varias veces el cierre del concurso con la excusa de que las petroleras necesitaba seguir estudiando la situación.
El despegue de Vaca Muerta no tiene financiamiento sin plata del Estado
Comparado con las expectativas de Dietrich, el resultado fue un bluf. Entre las reservas de todas las petroleras privadas de Vaca Muerta no llegaron al millón de toneladas. El detalle de las ofertas fue difundido por el portal especializado en temas energéticos EconoJournal.
Por su lado, YPF reservó un millón y medio de toneladas. Entre todas las petroleras completaron reservas de carga por 2.467.000 de toneladas.
La distribución fue la siguiente: PAE ofertó 300 mil, Shell 150 mil, Pluspetrol 115 mil, Vista 102 mil y Chevron, Total y Pampa 100 mil toneladas cada una.
Los 3,3 millones de toneladas se completaron con ofertas del Puerto de Bahía Blanca (500 mil), de la constructora Frontera, vinculada a Victorio Gualtieri, (300 mil), y la transportadora de granos Sea White (50 mil).
Sin el Estado no hay tren
La licitación de las cargas demostró menos interés de las petroleras del que creía el gobierno. Sin la incidencia de los fondos que manejan empresas del Estado directamente estaría caída la chance del tren.
Dos empresas bajo control estatal reservaron dos de los 3,3 millones de toneladas totales cerradas en la licitación. Se trata de YPF, controlada por el Gobierno nacional; y el Consorcio del Puerto de Bahía Blanca, presidido por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Con esos aportes no alcanza para asegurar la licitación de la construcción de la infraestructura del tren. Entonces, el Estado tendría que asumir de forma directa una parte de la inversión para las empresas tengan un tren que le haga más barata la operación en Vaca Muerta.
El gobierno de Neuquén ya comprometió plata de su caja si hiciera falta para hacer el tren.
“Para hacer viable el proyecto se le pidió a la Provincia un aporte, que es un porcentaje de las regalías incrementales que pueda tener Neuquén y que se pagarán si el inversor que haga el recambio de las vías no logra, con los pagos que reciba por el uso de las vías, repagar su inversión y tener una rentabilidad”, le dijo al diario Río Negro el ministro de Energía de Neuquén, Alejandro Monteiro.
El proyecto
El plan fue tasado en 780 millones de dólares. Contempla un recorrido de más de 600 kilómetros entre el Puerto Galván y Añelo, la puerta de entrada a Vaca Muerta.
Se proyectó el aprovechamiento de 532 kilómetros de vías existentes, que serán mejoradas, mientras que se deberán colocar nuevos rieles en un tramos de unos 80 kilómetros.