"Este es el gobierno de Suarez, un gobierno represor que criminaliza la protesta social. Mañana voy a salir con más fuerza, para defender a los trabajadores. Me llevan a la penitenciaría por gusto del gobernador Suarez", gritó Roberto Macho, líder de ATE, mientras era conducido esposado a la penitenciaría Boulogne Sur Mer, acusado por cortar calles en el marco de las protestas por los salarios de pobreza que se pagan en Mendoza.
Fue al caer la tarde este martes, en la puerta de la Comisaría Tercera, donde fue llevado junto a su esposa y también dirigente de ATE, Adriana Iranzo, y otras dos mujeres sindicalistas. Todos fueron detenidos tras una asamblea masiva en el hospital Notti.
El fiscal Fernando Giunta dispuso que Macho fuera trasladado a la cárcel, acusado por los cortes de calle del 22, 26, 28 y 29 de julio, mientras que Iranzo pagó una fianza y fue liberada.
La detención de Macho -un dirigente de tradición dialoguista con Suarez que incluso está enfrentado con algunos de sus pares de otros sindicatos- recibió el repudio de gran parte del arco gremial, de legisladores y de la Correpi, entre otros, por ser un claro signo de castigo a los que protestan en esta provincia.
El recorrido tras las rejas de Macho y su posterior traslado a la cárcel fue anticipado por el Gobierno durante todo el día en los medios masivos. "Le van a hacer completar el circuito", adelantaban las crónicas fogoneadas por voceros oficiales. El "circuito", sabiendo que Macho será liberado, es hacerlo transitar por varias instancias de la detención.
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