En su primer discurso frente a la Asamblea Legislativa, Rodolfo Suarez usó la pandemia como trampolín para proyectar un discurso de achique del Estado, eficiencia, recorte de sueldos y austeridad al mismo tiempo que reclamó un salvataje del Estado Nacional vía ATN y préstamos.
El anuncio más rimbombante de su discurso, la reducción de dos cámaras a una para "achicar el gasto", va en el sentido de mostrar recortes del estado a la sociedad, sin embargo, es de larguísimo aliento y no representará en el corto plazo un ahorro significativo para afrontar la pandemia.
El gobernador dijo que espera la asistencia financiera de la Nación para hacer frente a la pandemia: "Hasta el momento hemos recibido $825 millones de pesos de la Nación que han sido destinados a la emergencia sanitaria. Con la economía local prácticamente paralizada esperamos unos $5.000 millones del gobierno nacional, mitad en ATN y mitad en préstamos. La previsibilidad que pueda dar el gobierno Nacional para planificar el corto plazo es indispensable"
Remarcó su objetivo de "eficiencia" y la reducción a lo estrictamente necesario de los ingresos al estado, el impulso de los concursos para terminar con los "acomodos" y el recorte de sueldos de funcionarios.
“La austeridad extrema debe ser percibida cabalmente por todas y todos. Lo tiene que hacer y lo va a hacer la política, como me he comprometido, pero también es un concepto que debe interpelar la sensibilidad del conjunto de actores del interés privado”, arengó el mandatario.
Esa ultima frase adquiere especial peso al cierre de una semana en la que el establishment mendocino le pidió a Suarez que baje sueldos, impulse a los gremios a negociar esa baja de sueldos, y avance con la minería.
"Como nunca Mendoza necesita contar con un Estado sano y con suficiente poder mediador para que los recursos que son una manta corta den abrigo a la mayor cantidad de mendocinos que lo necesitan", machacó Suarez.
Generar riqueza+Consejo ambiental
Suarez anunció la creación de un Consejo Económico, Ambiental y Social y lo hizo atado a una introducción donde insistió en la "necesidad de ampliar los horizontes productivos", expresión con la que reemplazó a la "matriz productiva" en la época en que impulsaba los proyectos megamineros a través de la Ley del cianuro.
"Hay que terminar con el mito de que los recursos del estado son infinitos. Hay que generar más riqueza. Si no se genera riqueza no vamos a poder conseguir las mejoras sociales que vamos a necesitar más aún luego de la emergencia", arrancó.
"Aparecen oportunidades y hay que estar preparados. Considero imperioso seguir buscando alternativas para ampliar los horizontes productivos de la provincia, como he intentado desde que asumí", resaltó.
"El único debate que nos debe unir es el del desarrollo", remarcó el mandatario. Luego dijo que en tren de buscar "instituciones públicas sólidas aunque permeables a la inteligencia colectiva" es que va a incorporar actores del sector privado a la discusión.
"Se que esto necesita de grandes consensos colectivos que mi gobierno de diálogo está dispuesto a propiciar, convocando a todos los sectores a discutir el futuro de Mendoza, más allá de la crisis que atravesamos", sostuvo.
Con ese speech anunció el envío de un proyecto de ley para crear el "Consejo Económico, Ambiental y Social que nos permita reconocernos en las diferencias y en las coincidencias", aunque evitó pronunciar siquiera la palabra minería, mucho menos la Ley 7722 defendida en las calles por miles de mendocinos en todos los rincones de la provincia.
"Sacapresos"
En línea con el discurso punitivista de su antecesor y su propio gobierno, el gobernador se subió sobre el cierre del discurso a la discusión por las cárceles y fustigó a lo que llamó los "sacapresos" que, dijo "viven pidiendo prisión domiciliarias y excarcelaciones con cualquier excusa, por ejemplo ahora invocando el riesgo de coronavirus". No abordó, en ese sentido, las prisiones domiciliarias otorgadas a los represores en Mendoza, que lidera esa tendencia.
"En Mendoza las condenas se cumplen. Las cárceles de Mendoza son lugares de aislamiento seguro, donde las poblaciones tienen control sanitario seguro", sostuvo el mandatario, quien esta semana afrontó protestas en las cárceles de Boulogne Sur Mer y de El Borbollón por nulas medidas sanitarias para prevenir el contagio, entre otros reclamos.
Dijo que no hay casos positivos de coronavirus en las cárceles de Mendoza, y que hay camas a estrenar en Almafuerte para el caso de que así ocurriera.
También resaltó el mandatario el despliegue policial, de Gendarmería y de fuerzas federales en Mendoza por la cuarentena. "Se dispuso que todos los recursos funciones al máximo de su capacidad operativa. Hay 3 mil policías en forma permanente de cada turno, mil movilidades y 321 puestos fijos de control" en un patrullaje "intermitente pero recargado".
No hubo mención del gobernador a posibles sanciones o abordaje estatal respecto de los abusos de la Policía de Mendoza que vienen denunciando al unísono organismos de Derehos Humanos e instituciones como la Correpi y Celpi.
Archivo: Abusos de la Policía de Mendoza en la vigilancia de la cuarentena