Tras la destrucción de caminos, humedales y arroyos de deshielo, el Gobierno de Mendoza continuó explorando en busca de cobre en Cerro Amarillo, la formación ubicada en Malargüe.
A fines de diciembre trascendieron videos de topadoras trabajando sobre arroyos de deshielo y la repercusión obligó a la Dirección de Impacto Ambiental (DPA) a ordenar un freno en las obras. Sin embargo, poco después el Ejecutivo autorizó a la empresa Wincul S.A. a retomar los trabajos.
Según la propaganda oficial, "el proyecto contempla la exploración del terreno para evaluar sus características geofísicas y el potencial geológico de una zona que comparte formación con Chile, rico en pórfidos de cobre. Fue aprobado por la Legislatura provincial y prioriza la contratación de recursos y mano de obra locales".
En la previa del tratamiento de la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto Cerro Amarillo, el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) alertó sobre la presencia de glaciares en la zona.
En un extenso documento en la previa del tratamiento legislativo del proyecto, las Asambleas por el Agua enumeraron las leyes y tratados ambientales que se violaron con una DIA floja de papeles que la UCR, cuando fue oposición, le bochó a Francisco Pérez pero que en el Gobierno de Rodolfo Suarez recicló a favor de los empresarios.
“En este sitio comienza su actividad la empresa de capitales nacionales, con mano de obra, empresas y servicios de Mendoza. Ya se han perforado aproximadamente 142 metros con resultados muy positivos y esperanzadores”, apuntó Jerónimo Shantal, titular de la Dirección de Minería.