Geopolítica en la era Trump

Erigido en el matón del mundo, Estados Unidos inauguró la lista de países que ceden soberanía por miedo a las amenazas

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Donald Trump.

En su segundo mandato al frente de la Casa Blanca, Donald Trump fortaleció la influencia de la política de sanciones y aranceles en su estrategia geopolítica, cuyo objetivo principal es imponer al resto del mundo los intereses de Estados Unidos. El matón encubierto por la diplomacia está desnudo ante la comunidad internacional, que observa sin grandes reacciones.

Las avanzadas contra Ucrania y Panamá  se destacan por su relevancia en el tablero internacional, reflejando las prioridades y tensiones de su administración. Trump avanzó sin tapujos con exigencias que avasallan la soberanía de las naciones destinatarias, a las que condena al despojo sin más justificaciones que el beneficio que implican para la economía de la principal potencia mundial.

En el caso de Ucrania, Trump ha adoptado una postura ambivalente. Por un lado, ha amenazado con sanciones económicas a gran escala contra Rusia para presionar un alto el fuego en el conflicto ucraniano. Sin embargo, su relación con Kiev ha sido tensa, marcada por la suspensión de ayuda militar y de inteligencia, lo que ha generado incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos con la defensa ucraniana.

El saqueo a Ucrania

El acuerdo que Donald Trump ha propuesto para poner fin a la guerra en Ucrania se centra en un enfoque económico y estratégico. Una de las piezas clave es un pacto sobre minerales estratégicos, como tierras raras y litio, que son esenciales para industrias como la aeroespacial y la de vehículos eléctricos. Este acuerdo permitiría a Estados Unidos acceder a los depósitos de estos minerales en Ucrania, lo que fortalecería su posición en el mercado global y compensaría parte de los costos de la ayuda militar y económica que ha brindado a Ucrania.

Sin embargo, este acuerdo ha generado tensiones. Por un lado, Rusia controla importantes reservas de estos minerales en los territorios ocupados, lo que implica que cualquier pacto también debe considerar los intereses rusos. Por otro lado, Ucrania ha buscado garantías de seguridad a largo plazo, pero Trump ha descartado la posibilidad de que el país se una a la OTAN, lo que ha sido una de las principales aspiraciones de Kiev.

Además, Trump ha señalado que las negociaciones incluirán la participación de fuerzas de paz europeas para garantizar la estabilidad en la región. Estas conversaciones se están llevando a cabo en un contexto de tensiones diplomáticas, con reuniones previstas en Arabia Saudita entre representantes de Estados Unidos, Ucrania y Rusia.

Volodimir Zelenski y Donald Trump.

En concreto, Trump pretende  imponer un acuerdo de paz con Rusia que contempla arrebatarle los recursos naturales a Ucrania para potenciar la economía de Estados Unidos  y cargarle a Europa el costo derivado del pacto, que incluye el despliegue de tropas en el país del este europeo para garantizar el proceso.

Panamá cedió ante las amenazas

En cuanto a Panamá, Trump ha retomado un discurso nacionalista y expansionista, mencionando su interés en recuperar el control del Canal de Panamá. Aunque no se han detallado medidas concretas, esta declaración ha generado preocupación en la región, especialmente en un contexto de tensiones comerciales y arancelarias con varios países latinoamericanos.

La estrategia de Trump combina sanciones, aranceles y retórica nacionalista para reforzar su imagen de líder fuerte y protector de los intereses estadounidenses. Sin embargo, estas medidas también han generado críticas por su impacto en las relaciones internacionales y la estabilidad económica global. La pregunta clave es si esta política logrará sus objetivos sin aislar a Estados Unidos en el escenario mundial.

Con la amenaza pública centrada en el Canal de Panamá, Trump  logró intimidar al gobierno del país centroamericano, como quedó demostrado rápidamente, cuando, mediante una operación relámpago, arregló el traspaso de activos en el Canal a un poderoso grupo financiero de Estados Unidos. En consecuencia, un consorcio liderado por BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, adquirió los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en las entradas del Canal de Panamá, en una transacción valorada en aproximadamente 19 mil millones de dólares. Esta venta fue presentada como una solución a las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Panamá, tras las acusaciones de Trump sobre una supuesta influencia china en la región.

Canal de Panamá.

El acuerdo ha sido interpretado como una victoria para la administración Trump, ya que refuerza la presencia estadounidense en una infraestructura clave para el comercio global. Sin embargo, también ha generado críticas en Panamá, donde algunos sectores consideran que esta transacción podría comprometer la soberanía del país sobre el canal. Además, el gobierno panameño ha iniciado auditorías para garantizar que las regulaciones locales se cumplan en el marco de esta venta.

En términos geopolíticos, esta situación refleja la estrategia de Trump de contrarrestar la influencia china en América Latina, utilizando herramientas económicas y diplomáticas para consolidar el control estadounidense en la región.

México y Canadá ganan tiempo, pero no salen de las cuerdas

En marzo de 2025, el presidente Donald Trump impuso aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, además de un 10% adicional a productos chinos, elevando el total de estos últimos al 20%. Estas medidas se justificaron como respuesta a la falta de acciones suficientes por parte de estos países para frenar el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.

México y Canadá, que habían disfrutado de décadas de comercio prácticamente libre de aranceles con EE.UU., respondieron con represalias. Canadá anunció aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por valor de miles de millones de dólares, mientras que México prometió medidas similares.

Estas sanciones han generado tensiones comerciales significativas y preocupaciones sobre su impacto en la economía global. Las penas arancelarias quedaron en suspenso por un mes, luego de que Trump aceptara una negociación con México y Canadá.

China respondió que está preparada para la guerra

Donald Trump incrementó los aranceles a las importaciones chinas del 10% al 20%, justificando la medida como una respuesta a la falta de acciones de China para frenar el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. En reacción, China anunció contramedidas, incluyendo aranceles del 15% a productos agrícolas estadounidenses como pollo, trigo y maíz, y del 10% a productos como soja, carne de cerdo y lácteos.

Además, China ha señalado que está preparada para responder con medidas adicionales si las tensiones comerciales continúan. Estas acciones han intensificado la guerra comercial entre ambas naciones, con implicaciones significativas para el comercio global y las relaciones bilaterales. Si necesitas más detalles sobre algún aspecto en particular, no dudes en pedírmelo.

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