Por primera vez desde que comenzaron a mantenerse registros, la principal "fábrica de hielo" del Ártico aún no ha comenzado a congelarse a finales de octubre. Una causa y a la vez efecto de uno de los años más calurosos que se han dado en el Polo Norte.
Por el aumento de las temperaturas durante el verano del hemisferio norte el Polo Norte pierde una parte de su hielo en los meses más calurosos del año. Este hielo vuelve a recuperarse con el descenso de las temperaturas a partir de otoño. Este año sin embargo las cosas están siendo distintas, tanto que el Mar de Laptev en Siberia aún no se ha congelado. En años anteriores por estas fechas tenía ya varios millones de kilómetros cuadrados congelados.
En una gráfica publicada por el científico Zack Labe se observa cómo de grave es esto en contexto con otros años. Desde 1979 que se tiene registros hasta este 2020, sólo en 2012 se llegó a un mínimo de superficie congelada inferior al de este 2020. Lo que sí que está marcando récords es la duración del deshielo, mientras que a finales de octubre de 2012 el Mar de Laptev ya había recuperado casi todo su hielo, este año aún sigue en mínimos.
Nothing even comes close to 2020 in our records for sea ice along the Siberian #Arctic...
[*Note that the basin is geographically constrained (same maximum sea ice cover = flat line)] pic.twitter.com/gFelUw3xSq— Zack Labe (@ZLabe) October 21, 2020
El retraso de esta congelación del Mar de Laptev se debe entre otras cosas a los incendios forestales que Siberia ha sufrido este año, así como a la entrada de aguas desde el Atlántico. Este calor atrapado por lo tanto tarda mucho en disiparse en la atmósfera, contribuyendo así a que se mantengan unas temperaturas más altas que eviten la congelación. Las temperaturas del océano en el área subieron recientemente a más de 5 ° C por encima del promedio.
Una superficie menor de hielo o su retraso también implica menos luz reflejada de vuelta, contribuyendo así aún más al calentamiento de la zona. Es al final un sistema que se retroalimenta, en el que una cosa contribuye a la otra y viceversa.
El Mar de Laptev también forma el primer hielo tras el verano que luego se desplaza hacia el oeste. Este hielo generalmente suele llevar nutrientes para el plancton presente en el Ártico. Menos hielo o su formación más tardía significa menos nutrientes para el plancton, que a su vez significa menos capacidad para extraer dióxido de carbono de la atmósfera.
El Ártico, en mínimos
Ya a finales de septiembre los registros avisaban de que estábamos ante uno de los mayores deshielos del Ártico registrados. Diferentes factores han condicionado a que se llegue a esto, entre los más directos la ola de calor e incendios de Siberia. ¿Resultado? Además de este deshielo considerable también temperaturas récord, miles de toneladas de diésel vertidas o desajustes en el ecosistema.
Se miren como se miren las gráficas, la evolución de las últimas décadas refleja claramente una disminución constante y anual de la superficie helada del Ártico. Las estimaciones indican que a este paso y sin cambios en la forma de actuar los modelos de simulación sugieren que a partir de 2030 se podrá dar el primer verano sin hielo en el Ártico.
Fuente: ... vía The Smithsonian Magazine