La conducción del Instituto Nacional de Vitivinicultura no quedó exenta de la lógica que imperó en el armado "del mejor equipo de los últimos 50 años" que anunció Mauricio Macri al asumir. Carlos Tizio, CEO de la bodega Clos de los siete y secretario de Bodegas de Argentina, de capitales franceses, dejó ese cargo para asumir el control de la actividad desde el INV macrista, puesto en el que estará secundado por ex ministro de Economía de José Luis Gioja en San Juan, Marcelo Alós.
La fuga de CEO's hacia la administración pública generada por la administración macrista tuvo su correlato en Mendoza en la tradicional actividad económica de la Provincia, la vitivinicultura. Tizio llega al INV desde un sector del negocio del vino que explota principalmente la exportación y que constituye una porción pequeña del inmenso universo que componen los productores locales de uvas, que dependen del mercado interno para sustentar sus existencias.
El negocio del vino que se exporta ganó espacios de poder para sus empresarios y gerentes con el desembarco macrista en el poder de la nación. La bodeguera Susana Balbo asumió una banca en Diputados del Congreso antes de que el CEO de los franceses que hacen vino en el Valle de Uco fuera confirmado en el INV.
Tizio es dirigente de la gremial empresaria Bodegas de Argentina, entidad que sucedió al tradicional y poderoso Centro de Bodegueros de Mendoza cuando los viejos capitanes de la industria o sus herederos murieron o vendieron sus bodegas en un proceso de trasnacionalización y concentración de la propiedad de las empresas del sector. En la misma entidad se refugió a hacer política el actual parlamentario del Mercosur por Mendoza, Gabriel Fidel, mientras estuvo alejado de cargos en el Estado.
