El 19 de junio, en el estadio Nacional de Santiago, Chile y Bolivia cerrarán su participación en el Grupo A de la Copa América y más allá del fútbol es inevitable la expectativa que genera la respuesta que tendrá el público local cuando tenga enfrente a la selección del país con el que los trasandinos mantienen un pleito limítrofe con repercusión regional y mundial de alto impacto. La Copa América de Chile se inauguró en medio de la incitación a la violencia verbal contra la presidenta Michelle Bachelet, que a la postre fracasó.
Bolivia pretende la soberanía sobre una porción territorial que comunicaría al país con el Océano Pacífico con los respectivos derechos sobre el espacio marítimo vinculado. Entre las guerras entre los gobiernos sudamericanos en las décadas siguientes a la independencia de España, la del Pacífico se saldó con la negación de la salida al mar de Bolivia.
El fútbol, en los estadios de los partidos populares, es caja de resonancia. La pelea entre los gobiernos de Bolivia y Chile en el presente está planteada cara a cara y con organismos internacionales de testigos, por ahora. Está en trámite la determinación si la Corte Internacional de Justicia de la Haya tiene jurisdicción para tratar el caso.
En Bolivia, la salida al mar es una causa nacional para los ciudadanos que fue tomada como bandera por Evo Morales, quien llevó el caso a las instancias internacionales luego de plantearlo directamente al gobierno de Chile. Sebastián Piñera al frente de la Moneda tomó la demanda boliviana como elemento para intentar reconstruir su imagen que venía en picada.
En Chile hay sectores políticos significativos que promueven una negociación con Bolivia que permita al país de Evo contar con un puerto y los derechos colaterales. En esa postura, por ejemplo, se ha plantado Camila Vallejo, diputada del Partido Comunista que está aliado con la presidenta Michelle Bachelet, quien no obstante ha asumido una posición similar a la de Piñera, contraria a la de la ex militante estudiantil Camila Vallejo.
En el partido de inauguración de la Copa América, disputado el jueves en el estadio Nacional, fracasó la instigación a la silbatina contra la presidenta Bachelet. Y una vez finalizado el juego, desde el entorno de la mandataria salieron a pedir que se repita la actitud del público del partido contra Ecuador en los juegos con México (15 de junio, 20:30 horas) y Bolivia (19 de junio 2015, 20:30 horas). Este último tiene un elemento extrafutbolístico inigualable al de cualquier otro partido que se dipute en la Copa América en marcha.
