Los trabajadores de prensa se manifestaron desde el jueves en las empresas. Este viernes, en un hito para los profesionales locales, realizaron una olla popular frente a Los Andes.
Sin solución al conflicto salarial, los trabajadores de prensa continuaron el plan de lucha activa mientras desde las patronales comenzaron las represalias. Los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano decidieron que en el diario Uno, uno de los medios del holding Grupo Uno, no aparezcan más las firmas de los periodistas y fotoperiodistas que redactan o retratan la realidad para las páginas del periódico.
La de Vila y Manzano es la primera reacción irracional en el marco del conflicto que está planteado entre las patronales de prensa y la mano de obra del sector en la provincia por el nivel de salarios de la actividad. Los periodistas del diario fueron notificados de la decisión mientras se cumplía una medida sindical acatada por todos los trabajadores del sector en la provincia: la quita de la firma de los periodistas, como medio de protesta salarial. La respuesta patronal fue un ataque contra la libertad sindical.
Escraches, una olla popular, manifestaciones acá y allá, horas de tiempo dedicadas a la causa: cobrar un sueldo que alcance para vivir decentemente. Pero el conflicto con los dueños de los medios no es sólo por los sueldos. En la paritaria del sector prensa se está definiendo un modelo de discusión salarial por actividad distinto al acostumbrado por las patronales.
Hoy, los trabajadores de prensa representados por el sindicato son parte de la mesa paritaria contra un pool de abogados que representan a las empresas periodísticas. Las decisiones de los representantes sindicales se basan en mandatos de asambleas participativas en cada medio o grupo de medios, según la configuración empresarial de cada patronal.
Desde la cúpula hasta el zócalo, la construcción sindical está compuesta por periodistas que salen en cámara, que firman las notas de los diarios, que sacan fotos, que ponen su voces en el aire, que corrigen y editan los medios que consumen los mendocinos. Es notable la renovación de la dirigencia gremial de Prensa ocurrida desde la sublevación de los periodistas declarados en alerta en 2010 contra la ocupación ilegítima del gremio.
En ese contexto de recuperación del instrumento gremial para los trabajadores de la actividad se produjo otro acontecimiento notable: la paritaria (el ámbito institucional donde los trabajadores y sus patrones definen las condiciones de trabajo y salario) cambió de formato.
Antes el secretario general del Sindicato de Prensa, Roberto Picco, arreglaba el sueldo con cada empresa mientras los periodistas esperaban novedades en sus trabajos.
Después de la recuperación del Sindicato, el modelo es otro. Las condiciones salariales generales se fijan en la misma mesa para toda la actividad. Todos los periodistas debieran cobrar lo mismo por el mismo cargo en cualquier empresa que se desempeñen, o al menos tener un mínimo común garantizado, cuando se consolide el modelo de paritaria que está iniciándose en la actividad de Prensa.
Hoy, las patronales no arreglan los aumentos de sueldo con una cúpula dirigencial de la peor raigambre de la burocracia sindical, sino que negocia con los representantes de las asambleas de trabajadores constituidas en cada empresa, que son en definitiva las únicas con capacidad para aceptar o rechazar cualquier acuerdo.
La actitud extorsiva del Grupo Uno hacia sus empleados es la respuesta más violenta de las patronales desde que se inició el conflicto. Este fin de semana continuaron las manifestaciones de protesta en los medios.
