Efecto Trump

El Banco Mundial planteó un escenario con alto riesgo para Milei: jaque a la renta de Vaca Muerta

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Javier Milei y Ajay Banga, presidente del Banco Mundial.

El índice de precios de la energía proyecta una caída del 17% para este año y otra de seis por ciento en 2026, pronostica el informe de Perspectivas de los Mercados de Materias Primas del Banco Mundial (abril de 2025), difundido el martes (30/4/2025). El escenario global de los próximos 20 meses entraña altos riesgos para el modelo de Javier Milei, debido al golpe del enfriamiento del mercado provocado por Donald Trump a la renta de Vaca Muerta.

La evolución de la producción shale constituye la columna vertebral del modelo de Milei, que deja en el potencial de los negocios con los recursos naturales la suerte de la economía real, mientras avanza en la apertura comercial y la desregulación financiera, con la condena implícita para el resto de la producción nacional de bienes. El salto exportador demostrado por Vaca Muerta el año pasado salvó al presidente libertario de una crisis de las dimensiones de las que enfrentaron los mandatarios que lo precedieron, derivada del déficit de la balanza comercial energética.

El informe de perspectivas del Banco Mundial traza un horizonte de precios para el petróleo incómodo para los negocios en Vaca Muerta.

A 15 meses de asumir al frente del Estado nacional, Milei llegó con la lengua afuera al Fondo Monetario Internacional, con un déficit de reservas del Banco Central peor que en los peores tiempos de Sergio Massa en la cartera de Economía del presidente Alberto Fernández. Se le acabaron los nichos para extraer dólares, mientras se fugaban unos 20 mil millones de dólares generados resultantes de la balanza comercial en 2024.

En ese contexto, el saldo a favor del intercambio de fuentes energéticas significó más de un cuarto del superávit. Las exportaciones energéticas rondaron los 9700 millones de dólares en 2024, mientras las importaciones se desplomaron un 50% respecto al año previo, hasta los 4 mil millones de dólares.

Como resultado, el saldo a favor del país fue de 5700 millones de dólares. Equivale a la mitad del adelanto del FMI del nuevo crédito al país por un total de 20 mil millones de dólares, que se sumó al préstamo de 44 mil millones de dólares que el organismo le dio a Mauricio Macri, en 2018, cuando, al igual que Milei, sin la plata del FMI no terminaba el mandato, jaqueado por la corrida de los fondos de inversión que lo habían apuntalado en el poder los dos años iniciales de su mandato.

El mercado del petróleo es inestable por el impacto de la geopolítica.

El precio del barril de petróleo Brent se desplomó 20% desde enero, en el comienzo de la segunda gestión de Trump en la Casa Blanca. El negocio del shale argentino se desdibuja con el Brent acercándose a 60 dólares, donde limitan las ganancias con las pérdidas, en teoría. En la práctica, no es tan lineal: el precio es el mismo para toda la producción, pero cada operación tiene sus costos particulares.

En las perspectivas del Banco Mundial, el precio promedio proyectado para el petróleo Brent en 2025 es de 64 dólares por barril, lo que representa una disminución significativa desde los 80,7 dólares por barril registrados en 2024. En 2026, el Brent podría caer a 60 dólares por barril, 25% menos que en 2024, marcando uno de los niveles más bajos de la década.
Este descenso se produce en un contexto de desaceleración económica global y una creciente capacidad de suministro que supera la demanda, especialmente en los mercados de petróleo y carbón, describe el informe del Banco Mundial.

Oferta abundante y demanda débil

Uno de los principales motores de la caída en los precios del petróleo es el aumento en la oferta global. La producción mundial de petróleo se espera que crezca en 1,2 millones de barriles diarios en 2025, alcanzando un máximo histórico de 104,2 millones de barriles diarios. Este crecimiento estará impulsado por mejores desempeños en países como Brasil, Canadá y Guyana, así como una modesta expansión en la producción de la OPEP+. El mercado cuenta con una amplia capacidad ociosa, especialmente entre los miembros de la OPEP+, lo que proporciona un colchón ante posibles disrupciones en el suministro.

Por otro lado, el crecimiento de la demanda de petróleo está perdiendo fuerza, con un incremento proyectado de solo 700 mil barriles diarios en 2025, menos de la mitad del promedio anual de crecimiento entre 2015 y 2019. La desaceleración económica, especialmente en mercados clave como China, India e Indonesia, está afectando el consumo de petróleo. Además, factores estructurales, como la creciente penetración de vehículos eléctricos y una menor intensidad de petróleo en las actividades económicas, están contribuyendo a la moderación en la demanda.

Gas Natural: dificultades por el enlace global

El mercado de gas natural presenta dinámicas divergentes. Mientras que el precio del gas natural en Estados Unidos se proyecta que aumente un 51% en 2025, los precios en Europa y Asia están mostrando aumentos más moderados o incluso descensos proyectados. Este fenómeno refleja el fortalecimiento de las interconexiones entre los mercados regionales a través de las exportaciones de gas natural licuado (GNL), así como diferencias en los niveles de inventarios y patrones de consumo.

En Europa, los inventarios de gas natural comenzaron el año en niveles relativamente bajos tras una temporada de invierno más fría de lo esperado. Sin embargo, con la desaceleración económica y una demanda más débil en Asia, se espera que los precios europeos se estabilicen en 2025 y disminuyan levemente en 2026.

Transición energética impacta el consumo

Los precios del carbón se proyectan que caigan un 27% en 2025, con una disminución adicional del 5% en 2026. Esta tendencia refleja el doble impacto de la disminución de la demanda global y un cambio estructural hacia fuentes de energía más limpias.

El consumo de carbón, aunque se espera que crezca ligeramente en países en desarrollo, como India, está siendo desplazado por fuentes de energía renovable en mercados clave, incluidos China y Europa. Además, el aumento de los costos de producción en algunas regiones está afectando la competitividad del carbón frente a otras fuentes de energía.

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