El Senado aprobó por unanimidad los acuerdos paritarios celebrados entre el Gobierno y los estatales que incluyeron la recomposición salarial, además de diferentes ítems en cada sector y el pase a planta permanente de unos 1.500 contratados. La votación en general del proyecto que ya tenía media sanción de Diputados fue unánime a favor de la homologación.
Los radicales resistieron hasta último momento, pero al final decidió no oponerse a la homologación cuando la cuestión estaba zanjada a favor del oficialismo gracias al número de senadores que aglutinó tras la aprobación de las paritarias. Como consuelo, el bloque de la UCR dejó testimonio de una crítica al oficialismo: pidió incorporar a la Ley un artículo que condicionara los pases a planta "a la ley vigente". Ergo, que pasen por un concurso los contratados a la planta.
El peronismo con la confluencia del Frente de Izquierda y los Trabajadores impuso el número para aprobar el proyecto como venía de Diputados, sin tachas a los acuerdos originales celebrados en la Subsecretaría de Trabajo en el marco de la paritaria estatal.
El trámite legislativo estuvo marcado por la controversia planteada por la UCR y el Pro sobre los pase a planta de los trabajadores contratados, que se metió en la campaña electoral por la Gobernación. El radical Alfredo Cornejo acusó al gobierno de pasar ñoquis a la planta, mientras el peronista Adolfo Bermejo sostuvo que no había que achicar la planta sino darles trabajo para hacer a todos los dependientes del Estado.
El tema se metió en el centro de la puja electoral, al punto que el peronismo lo usó para fijar la postura de Bermejo hasta en los afiches de publicidad de la vía pública.
Los gremios estatales se manifestaron frente a la Legislatura para poner en escena la defensa a los acuerdos paritarios. En primer lugar sostuvieron que los legisladores no tienen legitimidad para anular un convenio entre la patronal y sus trabajadores en el marco legal de la paritaria.
