Cumbre del Clima: la policía de Hollande reprimió una marcha de ambientalistas en París

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La Policía de Francia reprimió con gases lacrimógenos a varios centenares de manifestantes reunidos en París para rechazar los designios de los líderes del mundo respecto al futuro ambiental del planeta. Los militantes ambientalistas se reunieron, a pesar de la prohibición a las manifestaciones impuesta por el presidente François Hollande con la excusa del terrorismo.

La capital francesa es epicentro de una reunión de los líderes calificada como Cumbre del Clima. A pesar del título de la cumbre, los presidente de las naciones más poderosos están ahí operando sus alianzas para hacer una guerra, ya sea en Siria o en Iraq o en Afganistán o donde haya impedimentos para la voracidad por los recursos naturales que caracteriza a las naciones más poderosas.

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Al grito de “¡Estado de emergencia, Estado policial. No nos quitarán el derecho a manifestarnos!”, marcharon los ambientalistas por Paris hasta que los gases lacrimógenos de Hollande coparon el ambiente.

Pese a la prohibición del presidente que puso a Francia en estado de guerra, miles de personas de todas las edades se tomaron de la mano a lo largo de dos kilómetros en el bulevar Voltaire, en el este de París, pero dejaron un espacio de cien metros delante de la sala de conciertos Bataclan, donde se produjo el más letal de los atentados yihadistas, que dejaron 130 muertos el 13 de noviembre.

Para simbolizar la gran marcha suspendida, los activistas dejaron miles de pares de zapatos en la Place de la República, que pesaban cerca de cuatro toneladas, según los organizadores.

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“¡Escuchen nuestras voces! ¡Aquí estamos!”, coreaban los participantes la víspera de la inauguración oficial de la conferencia, a la que asistirán unos 150 mandatarios, entre ellos los de Estados Unidos, China, Rusia y Brasil. “¡Por un clima de paz!”, rezaban muchas pancartas cerca del Bataclan.

Las movilizaciones contra la destrucción del planeta que propicia la política de los líderes abarcan desde Australia, donde decenas de miles de personas salieron a las calles, hasta México, pasando por Asia, Europa y África.

Todas las protestas tienen como objetivo exigir medidas que impidan transformaciones irreversibles, como grandes sequías o la elevación del nivel de los océanos, que según los estudios de referencia ocurrirán inevitablemente a lo largo de este siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan a su nivel actual.

“Protejan nuestra casa común”, pedía una pancarta en la marcha celebrada el sábado en la ciudad australiana de Melbourne.

Los líderes discuten la guerra con la excusa del clima

La COP21, para la que están acreditadas unas 40.000 personas de 195 países, arranca este mismo domingo con una reunión de negociadores que fijarán los procedimientos de trabajo en torno a un texto complejo y largo, en el marco de la conferencia que durará hasta el 11 de diciembre.

Pero el momento estelar de esta cita en las afueras de París, en el centro de exposiciones de Le Bourget, es la inauguración a cargo de los jefes de Estado y de Gobierno, el lunes, con el estadounidense Barack Obama, el ruso Vladimir Putin o la brasileña Dilma Rousseff entre los asistentes. Nunca hasta la fecha una cita medioambiental había congregado a tantos mandatarios. En esta oportunidad, hay motivos ajenos al ambiente que atrajeron a los jefes de las fuerzas armadas que tienen libertad para bombardear los países que elijan.

Un total de 183 países han presentado compromisos de reducción de gases con efecto invernadero, algo sin precedentes, destacó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, aunque faltan grandes productores de petróleo, como Venezuela.

La cita de París puede servir también para todo tipo de encuentros bilaterales en un mundo con sangrantes conflictos abiertos, empezando por la amenaza yihadista en Siria e Irak, que provocó esta semana un serio incidente entre dos teóricos aliados, Moscú y Ankara.

Científicos consideran dramática la situación

Los científicos advierten de que si el planeta sufre un aumento de su temperatura media de más de 2ºC de aquí a 2100 respecto a los niveles de la era preindustrial, los efectos serán irreversibles.

Para no sobrepasar ese límite, para fijarse compromisos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y para fijarse controles y ayudas mutuas, los miembros de la COP (conferencia de las partes, en inglés) decidieron en 2011 que debían cerrar un acuerdo en 2015.

El acuerdo de París, de alcanzarse, entraría en vigor en 2020. “Se reúnen las condiciones para que [la COP21] sea un éxito, pero no está ganado de antemano”, advirtió Fabius el sábado. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, también se dijo “optimista”.

Fuente: AR

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