Mauricio Macri traicionó al intendente radical de la ciudad de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga. El neuquino fue de los primeros y únicos radicales en bancar la reelección de Macri en el peor momento.
El Presidente le pagó con el abandono en plena campaña por la gobernación.
Quiroga insistirá por tercera vez el domingo en las urnas para desbancar al MPN del gobierno provincial. Esperaba el apoyo de Macri. El Presidente prefirió jugar al partido provincial, que nunca perdió unas ejecutivas provinciales desde 1962, un año antes de fundarse.
Pechi fue macrista en plena tormenta –en el segundo semestre de 2018- contra gran parte del radicalismo, que insinuaba el despegue.
La estrategia de Macri privilegió evitar al kirchnerismo antes que jugársela por Quiroga. Consideró que el gobernador Omar Gutiérrez tenía más posibilidades que el de Cambiemos. Y apostó por la reelección del emepenista.
El gobierno nacional, incluso, le arruinó el acto más importante de gestión que pensaba mostrar el intendente de Neuquén: el Metrobús. El Ministerio de Transporte le bajó el acto 48 horas antes de su realización, con las invitaciones ya repartidas.
La UCR al rescate
La UCR salió al rescate del neuquino tras el abandono de la Casa Rosada. Primero desembarcó en Neuquén el presidente del partido, Alfredo Cornejo. Levantó la bandera del candidato neuquino contra el MPN. “Hay que terminar con el modelo semifeudal”, acuñó el gobernador de Mendoza que preside la UCR.
Cuatro días antes de las elecciones, un grupo de radicales precandidatos a gobernar sus distritos rodearon a Pechi en uno de los últimos actos antes de la cita con las urnas del domingo. Martín Lousteau (Capital Federal), Alfonso Prat Gay (Tucumán), José Corral (Santa Fe), Daniel Kroneberger (La Pampa), Eduardo Costa (Santa Cruz) y José Cano (Tucumán) rodearon a Quiroga.