
El empleo registrado en el sector privado de la economía argentina experimentó una contracción del 1,8% desde que gobierna Javier Milei, producto de la destrucción de 112.900 puestos de trabajo. El conjunto de trabajadores registrados por las empresas se achicó de 6.358.600 empleados en diciembre de 2023 a 6.245.700 en enero de 2025. Los sectores que más trabajadores expulsaron son los más dañados por la orientación de la gestión económica del gobierno libertario.
El proceso de contracción del empleo en blanco avanzó con desequilibrios significativos en la distribución de la sangría entre las ramas de actividad , derivados del desparejo impacto del cambio de régimen económico al interior de la matriz productiva.
El ranking sectorial de la destrucción de empleo formal lo encabeza la construcción, con 49.000 empleos en blanco menos en enero de 2025 que en diciembre de 2023, seguida por la industria manufacturera, con 26.200 puestos perdidos. La suma de los puestos arrasados en la construcción y la industria representa dos tercios de la factura que le impuso el modelo del establishment financiero al trabajo registrado.

El papel del plan económico de Milei para que el grueso de la sangría de trabajadores en blanco se concentrara en estos dos sectores se esclarece con sólo hacer click sobre el link que conduce a los datos sectoriales que sirven de insumo para la producción del Estimador Mensual de la Actividad Económica.
En la industria manufacturera y en la construcción la actividad experimentó desplomes impactantes, de 18,5% y 14%, respectivamente, en febrero de 2025 respecto al desempeño de noviembre de 2023. Son dos de las ramas que pagaron las consecuencias más caras del modelo apurado por Javier Milei, con el respaldo del establishment nacional, desde el primer minuto como presidente.
Entre noviembre y diciembre de 2023, la actividad industrial retrocedió 15,2%, mientras en la construcción el desplome fue del 12%. La extinción de la obra pública de un día para el otro fue determinante para el retroceso del sector de la construcción, que tuvo un efecto arrastre sobre la industria, que además pagó por el impacto en su demanda de la súper devaluación que dispuso Milei a días de sentarse en la Presidencia.
Evolución de actividad, en espejo
Tanto en la construcción como en la industria, los primeros meses (noviembre 2023 a abril 2024) se evidencian caídas pronunciadas en la actividad.
En 2024 se produce un rebote que, en el caso de la construcción, se manifiesta más claramente en julio y agosto, mientras que la industria también experimenta alzas significativas en julio y octubre.

El periodo concluye con un descenso en ambos índices: en la construcción se registra una baja a fines de 2024 y ligeros cambios en 2025, y en la industria se observa una fuerte corrección a inicios de 2025. Esto indica que, pese a los repuntes intermedios, la tendencia neta fue a la contracción.
El peso de los empleos destruidos
La debacle en el trabajo derivada de la crisis de la actividad tuvo un enorme impacto en la contextura de la fuerza laboral de la construcción, que perdió al 11 por ciento los brazos que la conformaban en diciembre de 2023, mientras en la industria la disminución fue del 2,2%.
Descontados los puestos perdidos en relación a diciembre de 2023, la industria manufacturera contiene al 19% de los trabajadores registrados del país, siendo la segunda rama más dinámica en el sostenimiento del empleo, tras el comercio, que acapara al 20% de la mano de obra en blanco. Mientras la fuerza laboral en la construcción contiene al seis por ciento del total del empleo registrado, con lo que se constituye en la sexta rama del ranking por cantidad de puestos laborales en blanco.

La rama Comercio y reparaciones mostró en enero de 2025 la mayor participación en el empleo registrado a nivel nacional con 1.247.600 trabajadores, apenas por encima de la industria. A diferencia de las manufacturas, el sector mercantil expandió un leve 1,1% su fuerza de trabajo, con 13.600 puesto registrados más al inicio de este año que a finales del 2023. Sumados, el comercio y la industria explican casi cuatro de cada diez puestos de trabajo en blanco en el sector privado del país.
No obstante, entre las dos ramas más potentes en el sostenimiento del empleo privado hay una diferencia medular: los sueldos de la industria superan a los del comercio. El Ingreso medio de los ocupados en las manufacturas mejora en torno al 25% al que rige en el comercio, de acuerdo a los últimos datos del SIPA difundidos por la Secretaría de Trabajo de la Nación.
El contraste
La pesca es el sector con mayor crecimiento de la fuerza laboral bajo el modelo libertario, con una expansión superior al cinco por ciento, merced a la creación de 800 puestos desde diciembre de 2023. El desempeño en este ámbito de la pesca no tiene impacto en la matriz del trabajo privado, en la que participa con un escaso 0,24% del total de los trabajadores.
La destacada performance de la pesca en la generación de empleo fue acompañada por una aceleración notable de la actividad, que mostró en febrero un crecimiento interanual del 28%, el segundo más potente (por muy poco ) producido en la economía nacional.
El correlato entre la mejora en la actividad y la creación de empleos demostrado en la pesca no tuvo lugar en la rama Intermediación financiera, que mostró un rotundo avance del índice de actividad del 30% interanual, mientras destruía 800 puestos de trabajo registrado, el 0,53% de la masa laboral del conjunta de las unidades que componen el sector.
Ese contraste responde a la brutal diferencia en la incidencia del crecimiento de la actividad en el tamaño de la fuerza laboral sectorial entre las dos ramas comparadas. En la pesca, la actividad y el empleo evolucionan en perfecta sintonía, mientras en los negocios financieros el crecimiento y el trabajo avanzan desenganchados.
Bonus track: alerta amarilla en Vaca Muerta
El informe del Estimador de la Actividad Económica del INDEC de febrero reveló un dato descriptivo en la evolución del comportamiento de la producción petrolera local que, sin causar preocupación extrema, llamó la atención a los observadores del convulsionado escenario energético.
La economía nacional mostró un crecimiento interanual de la actividad superior al del rubro que expresa el desempeño en los campos hidrocarburíferos, en los que el gobierno y la oposición a nivel nacional recuestan sus expectativas para ampliar los ingresos del estado y fortalecer la disponibilidad de divisas en la magnitud que exige el cronograma de vencimientos de la deuda pública, que contempla obligaciones por 28.000 millones de dólares sólo en 2026. La cifra es similar a la que estima reunir la industria petrolera con las exportaciones de Vaca Muerta hacia 2030.
No es habitual que la economía nacional en conjunto muestre más potencia que la rama vinculada a la explotación de recursos no renovables. Ocurrió mientras el sector energético a escala global enfrenta turbulencias derivadas del desplome de los precios como consecuencia de los efectos de la política del presidente estadounidense Donald Trump sobre los mercados.