Causa histórica en Neuquén

Retoman el juicio por la muerte de un preso en la U9, una cárcel emblema de torturas sistemáticas

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La U9 fue clausurada en el 2017 y sus presos trasladados a otras unidades carcelarias.

En el juicio a 15 penitenciarios que torturaron hasta matar a un interno de la U9, en Neuquén, declararon tres testigos protegidos que estaban presos en esa misma unidad al momento del crimen. La causa es considerada "emblemática e histórica" para la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), talo como la describió Rodrigo Borda, subdirector de legal y contencioso penal de la PPN, quien viaja a Neuquén especialmente para estas audiencias, que se retoman el lunes 26, según el cronograma previsto.

Argentino Pelozo Iturri estaba preso en Ezeiza y, según rememoró Borda, había pedido no ser trasladado a la U9 por una serie de denuncias que había hecho sobre esa unidad penitenciaria. Sin embargo, ocultándole el traslado al juez Sergio Delgado -quien declarará como testigo en la causa- lo encerraron allí. Llegó a la U9 el 5 de abril y el 8 recibe una golpiza tras la cual muere.

El Cuerpo Médico Forense de Neuquén dictaminó que la muerte fue por una cardiopatía preexistente que causó luego una "muerte súbita". Sin embargo, la PPN solicitó la intervención de otro experto forense que evaluó los informes y las fotos del informe y determinó que la muerte de Iturri fue producto de los golpes que recibió en la cabeza.

Tres que vieron la golpiza

De los testigos que declararon, uno de ellos testificó por videoconferencia y el otro estuvo presente en la sala de audiencias donde se desarrolla el juicio (A.M.UC.). Ambos ratificaron las declaraciones de la etapa preparatoria, ambos vieron la golpiza a Iturri.

Describieron algunos métodos de torturas utilizadas sistemáticamente, como el conocido con el nombre de “la bomba” -chorros de agua helada proveniente de mangueras que descargaban sobre los cuerpos desnudos- o “la bienvenida” -golpizas y otros tratos degradantes recibidos al ingresar a un nuevo alojamiento-, entre otros.

En este sentido el testigo “A”, como lo llama la PPN ya que se trata de un testigo protegido, relató: “Así era el régimen correctivo, cuando te bajaban a Neuquén ibas con las manos atrás, esposados, y ahí  a las corridas para el lado de requisa. Bajabas a “buzones” -celdas de aislamientos- te metían en la “bomba”, agua paliza, pabellón y luego si bajabas a enfermería “te cagaban a palos”, bajabas a jugar a la pelota “te cagaban a palos”, bajabas a pedir un medicamento “te cagaban a palos”.

En tanto que el testigo “B” apuntó: “Me enteré que hubo muchos casos irregulares en la causa que gracias a la Procuración se pudo aclarar las cosas” (…) Los presos hemos sufrido muchas situaciones malas, de golpes, de palizas, de muertes (…)”.

A su turno, el testigo “C” refirió que desde el Pabellón de al lado vio como el grupo de requisa sacaba a los golpes a Pelozo. Agregó, de forma dramática: “Ese día sentí la presencia de la muerte”.

La U9, emblema de torturas sistemáticas

Las audiencias de debate continuaron con tres testimoniales de personas que estaban alojadas en la Unidad 9 el día de la golpiza a Iturri, de las cuales hoy dos de ellas se encuentran en libertad y una continua detenida.

El primero (la PPN lo llama testigo “D”) refirió: “Estuve detenido (en la Unidad 9) desde 1979 hasta el 2008, ahí me sacó mi defensor bajo la ley de protección del testigo (…) El trato era bastante duro porque lo que pasó es que había muchos internos que tenían problemas y estaban en los calabozos y castigaban, empezaron a pegar de nuevo como en el régimen militar (…) Yo ingresé en el régimen militar y se pegaba, se maltrataba, se torturaba y en ese tiempo habían empezado con lo mismo otra vez de vuelta, hasta que, bueno, llegó la Procuración y ya después calmaron un poco (…) Cuando entró la democracia todo eso se paró, mucha gente que estaba acostumbrada a maltratar a los golpes se retiraron de baja, se jubilaron, y había parado el tema ese de la tortura, de pegar con las gomas, se había parado habían dejado de hacer eso".

No obstante, las torturas se retomaría en esa unidad, ubicada en pleno centro de Neuquén, y que fue cerrada este año y sus presos trasladados a otras unidades federales.

Según la declaración de "D": "Después habían empezado de vuelta una generación de personas a trabajar, que venían del Chaco, de diferentes lugares, que habían empezado de vuelta a castigar y a torturar, hasta el extremo de matar a una persona (…) Sí personal penitenciario (…)te metían agua con una manguera de bombero…eso no se usaba, ni en el régimen militar se usaba todo eso (…) Abajo donde estaba el subsuelo estaban los calabozos de sanciones y había una bomba grande para colocar la manguera de bomberos y habían agarrado a echar agua a los detenidos con esa manguera hasta que sé que fue la Procuración y le pusieron un precinto, porque se denunció, a la llave de paso y no se usó más. Torturaban con agua a la madrugada hasta que ocurrió lo más grave, que murió esta persona”.

Otros dos testigos, “E” y “F”, no solo ratificaron sus dichos relatados en la instrucción de la causa, sino que también expresaron, en el mismo sentido que los anteriores, el contexto de violencia y agresión que se vivía en la Unidad 9 de Neuquén por parte del personal penitenciario, como así también lo que pudieron ver y escuchar en torno a la feroz golpiza que recibió Argentino Pelozo Iturri aquél 8 de abril de 2008 y que, tal como ha sostenido esta querella a lo largo del proceso, habrían derivado en su deceso.

"Yo no vi nada"

Los penitenciarios que declararon hasta ahora, resumió Borda, "dicen que ninguno vio nada" porque, indicó, "lo que prima es el espíritu de cuerpo". Para sumar obstáculos, sus declaraciones abundan en contradicciones: "Algunos dicen que vieron que lo llevaban convulsionando y que se le caía la baba, otros que no vieron nada", marcó el referente de la Procuración.

También declararon los médicos que hicieron la autopsia, quienes ratificaron su versión de la muerte súbita de Pelozo Iturri.

"Para quienes aún están detenidos es bravo declarar en esas condiciones. Hay un testigo que declaró en el marco del testigo protegido y en ese marco le inventaron una causa en Buenos Aires, después la presunta victima le pidió disculpas en el juicio, lo liberaron y al poco tiempo lo mataron. Era el testigo mas importante y fue asesinado. Ahora se le dio nuevamente intervención al programa de protección de testigos", señaló Borda.

Pedido de prisión perpetua

Borda señaló que, por la gravedad de los delitos que se investigan y si logran las declaraciones que sustenten la muerte por tortura la PPN pedirá prisión perpetua para los implicados: "Son 7 que participaron de la tortura y otros jefes que están acusados de falsear documentación y falsedad ideológica.

"Los testigos pueden aportar quiénes fueron los que les causaron las lesiones. Esta es una causa emblemática e histórica de la PPN, aquí intervino el procurador en persona. Reconocen los funcionarios que es una causa importante porque estaba congelada como muerte súbita", describió Borda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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