
Un dictamen del Ministerio Público Fiscal ordenó el sobreseimiento de los funcionarios públicos acusado en la causa contra la organización barrial Tupac Amaru, fogoneada durante el gobierno de Alfredo Cornejo.
Todo comendó cuando Mauricio Macri asumió como presidente, encarceló a Milagro Sala (quien continúa detenida) y desplegó una estrategia de persecución judicial y mediática contra la Tupac en las provincias.
Los acusados sin pruebas fueron el intendente de Lavalle, Roberto Righi, y funcionarios del IPV de gestiones justicialistas, entre ellos, Omar Parisi, por peculado o desvío de fondos públicos. Otros intendentes que trabajaron con la Tupac, pero son de extracción radical, como Marcelino Iglesias y el propio Alfredo Cornejo, en cambio, no fueron incluidos en la causa.
El dictamen pidiendo los sobreseimientos está firmado por el fiscal adjunto en lo Penal, Gonzalo Nazar, y el titular de la Unidad Fiscal de Delitos Económicos e Informáticos, Sebastián Capizzi, tras las conclusiones del fiscal Flavio D´Amore, de Delitos Económicos, y fue dado a conocer por el diario El Otro.
"Está en proceso de descomposición esta guerra jurídica -señaló en radio Nacional Mendoza Alfredo Guevara, abogado defensor de referentes de la Tupac-. Todo lo que se publicó durante la campaña electoral de Cornejo y de Macri era mentira. En enero de 2016, a días de haber asumido Macri la presidencia, detienen a Milagro Sala y se comienzan a publicar imágenes en contra de Milagro. Es una persecución nacional que alcanza a Mendoza con Cornejo y todo el radicalismo PRO de derecha".
"El propio Ministerio Público Fiscal que es manejado por Cornejo, que sigue manejando el gobierno, reconocen que todo lo que hicieron, las detenciones y demás, se hizo de modo arbitrario y sin ninguna prueba", siguió Guevara.
"Hace dos años había elecciones y en plena veda electoral sacaron una imputación contra Righi en Lavalle", rememoró Guevara. Pese a la campaña en su contra, Righi fue reelecto al frente del municipio.
"Se reconoce que estaban mal hechas las acusaciones, se reconoce que no había pruebas, se reconoce que las casas estaban bien hechas y terminadas, es un escándalo", remarcó Guevara.
La sistemática y deliberada destrucción de la obra de la Túpac Amaru