El presidente del Banco Central macrista, Federico Adolfo Sturzenegger, fue sobreseído por el megacanje, una operación concretada en el gobierno de Fernando De la Rúa en la que el entonces secretario de Política Económica del ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo estaba acusado de ser “partícipe necesario del delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública”. El megacanje le costó al país un perjuicio de 55.000 millones de dólares.
La decisión del juez federal Sebastián Ramos se basó en una declaración del exsecretario de Finanzas de la Alianza Daniel Marx, quien desvinculó al actual presidente del Banco Central en la causa en la que estaba procesado por presunta defraudación contra el Estado de la que participó como funcionario del gobierno de la Alianza, en 2001.
El fallo, firmado el 12 de julio pasado, sostiene que Federico Sturzenegger estaba procesado desde 2013 como “partícipe necesario” de un delito imputado al exministro de Economía Domingo Cavallo, pero como éste fue sobreseído, no era posible sostener otra imputación.
El juez recogió también un argumento de defensa de Federico Sturzenegger: el derecho de todo imputado a ser juzgado en un “plazo razonable”, que en este caso consideró excedido pues los imputados fueron indagados hace más de diez años.
Ramos también dispuso el sobreseimiento del ex subdirector de Financiamiento Jacobo Dreizzen.
Qué fue el megacanje
La operación consistió en postergar los vencimientos de diversas deudas por tres años para las que vencen antes del 31/12/2010. El monto de las deudas postergadas fue de 50.000 millones de dólares, reduciendo los vencimientos de deuda para el año 2011 a 3.000 millones. Como compensación por dicha postergación, los intereses de la deuda fueron aumentados al 7% anual.
A pesar de haber sido anunciado como remedio a todos los males, pronto quedó claro que el Blindaje propuesto Machinea no solucionaría los problemas que afectaban a la economía argentina. Por esta razón, las autoridades se embarcarían en otra nueva solución mágica que recibiría el nombre de Mega-Canje, ya con Domingo Cavallo como Ministro de Economía.
El Mega-Canje pretendía aliviar los pagos de intereses y de capital de la deuda externa argentina, canjeando la deuda por una nueva que permitiera pagar en un plazo mayor. Sin embargo, ese canje iba a tener un costo exorbitante e implicaría seguir incrementando la deuda externa. La propuesta, como no podía ser de otra manera, provenía de un banquero: David Mulford, ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos, que por ese entonces trabajaba para el banco Credit Suisse First Boston. La propuesta sería recibida con los brazos abiertos por el entonces Ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, y su Secretario de Política Económica Federico Sturzenegger.
A primera vista, la operación parecía sencilla y beneficiosa para el país: se canjeaban 46 tipos distintos de bonos de deuda soberana por 5 tipos de bonos, con vencimientos hasta el año 2031. Sin embargo, la operación aumentó la deuda del país en un volumen inimaginable. El peritaje de la causa judicial por el Mega-Canje realizado por el experto en ingeniería financiera Moises Resnick Brenner sostiene que el país sufrió un perjuicio valuado en 55.000 millones de dólares. Siete fueron los bancos implicados en esta fenomenal estafa, y obtuvieron 150 millones de dólares en comisiones. Los bancos eran: Banco Francés, Santander Central Hispano, Galicia, Citigroup, HSBC, JP Morgan y Credit Suisse First Boston. El ideólogo, David Mulford, cobraría en carácter de comisiones 20 millones de dólares.
Fuente: Página 12/Archivo Explícito