Desde Vaca Muerta a Buenos Aires

Gasoducto NK: una obra de US$ 2.500 millones con alto impacto económico y social

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Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

Por Ignacio Ortiz
Para Télam

Fotos: Pepe Mateos

La construcción de la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) demandó una inversión de US$ 2.500 millones, pero la envergadura y logística de su construcción dejó un impacto equivalente a más del 12% del Producto Bruto Geográfico (PBG) en la zona de influencia por la que pasa el tendido, junto con la creación de 40.000 puestos de trabajo y un fuerte impulso en materia de innovación tecnológica.

Tras un plazo récord de 10 meses de obra para su concreción, mañana, domingo 9 de julio, el presidente Alberto Fernández; la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner; y el ministro de Economía, Sergio Massa, encabezarán desde las 15 la inauguración de gasoducto en el partido bonaerense de Salliqueló.

Fernández, Cristina y Massa inaugurarán el domingo el gasoducto Néstor Kirchner

El acto se llevará a cabo en un predio lindero a la planta Saturno que opera la transportista TGS, que será el punto de vinculación con el gasoducto Neuba II, a través del cual llegará el gas producido en Vaca Muerta en una primera instancia con 11 millones de metros cúbicos por día (m3d) hasta el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA).

Ese volumen se duplicará en el corto plazo con la instalación de dos nuevas plantas compresoras.

Si bien el final de obra de 573 kilómetros se espera para los próximos meses, el GPNK ya tiene su habilitación operativa luego de un trabajo contrarreloj que desde septiembre de 2022 condujo la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa), junto a las contratistas nacionales privadas Techint, Sacde y BTU.

La inversión estimada para la Etapa I del GPNK -entre la localidad de Tratayen, en la provincia de Neuquén, y Salliqueló, en el distrito bonaerense- y sus obras complementarias que integran el gasoducto Mercedes-Cardales, el loop de ampliación Neuba II y la nueva planta compresora de Mercedes, se estiman en un total de US$ 2.524 millones.

Comenzó el llenado del gasoducto de Vaca Muerta: lo opera una empresa de Mindlin, socio de Lewis

 

El gasoducto, que comprende una segunda etapa próxima a ser licitada para completar otros 1.050 kilómetros de extensión, es un componente central del conjunto de obras destinadas a ampliar la capacidad del sistema de transporte de gas y a optimizar su utilización, con nueva infraestructura y su interconexión de los sistemas de transporte existentes.

Su potencial radica en las posibilidades de autoabastecimiento, en la exportación futura de gas natural y en mejoras en la competitividad industrial del país, por el desplazamiento de combustibles más caros por el gas natural de Vaca Muerta, entre los aspectos más destacados.

La envergadura que tuvo la obra se refleja en el impacto local y nacional que tuvo la inversión en el GPNK y sus complementarias, que equivale al 12% del Producto Bruto Geográfico (PBG) del área de influencias del proyecto a lo largo de las cuatro provincias que atraviesa: Neuquén, Río Negro, La Pampa y en distintas zonas de Buenos Aires.

Allí, la distribución de beneficios indirectos se percibió en departamentos como Añelo, en la provincia de Neuquén; General Roca, en Río Negro; Puelén, Limay Mahaida, Curacó, Utracán y Atreuca, en La Pampa, Adolfo Alsina, Guaminí, Tres Lomas, Salliqueló, Hipólito Yrigoyen, Carlos Casares, Exaltación de la Cruz, Lujan, Mercedes, Navarro, San Andrés de Giles y Zarate, en la provincia de Buenos Aires.

Esos US$ 2.524 millones además tuvo su incidencia para el agregado nacional por el equivalente al 1,9% del presupuesto de la Administración Pública y al 0,4% del PIB argentino de 2022, de acuerdo a estimaciones realizadas por Energía Argentina y la Universidad de Buenos Aires.

Es que una obra de estas características tiene un efecto multiplicador sobre la inversión y el consumo, al impulsar una amplia gama de actividades productivas que abastecen insumos y a la vez generan empleo calificado en numerosas localidades del país que impulsan el consumo de los hogares.

La inversión en el GPNK, que asciende aproximadamente a $310 mil millones de pesos, es una suma que incrementará el Valor Bruto de Producción (VBP) de la economía en $540 mil millones, en valores estimados al inicio de la obra.

Pero en términos relativos, ese impacto se puede traducir en que de cada $1 invertido en la construcción del gasoducto y las obras complementarias se generaron $0,74 adicionales en el resto de la economía, dentro de la cual los sectores más beneficiados fueron la industria manufacturera, la construcción, la explotación de minas y canteras, comercio, transporte y almacenamiento.

En materia de empleo se afirma que la obra principal que se abarcó en tres frentes simultáneos a lo largo de la traza, tuvo un fuerte impacto en la generación de puestos de trabajo y alcanzó los 5.500 directos y unos 40.000 si se consideran los indirectos.

Para esta primera etapa de construcción, las contratistas de los renglones 1 a 4 movilizaron más de 2.300 maquinarias y equipos e incorporaron nuevas tecnologías, entre los que se incluyeron equipos de transporte; equipos de soldado; tiendetubos; equipos de elevación; grupos electrógenos; motocompresores; motobombas; excavadoras, topadoras y equipos viales.

Se destacó particularmente el sistema de soldadura automática importado desde Estados Unidos para esta obra, cuya utilización por primera vez en Argentina incrementó significativamente el ritmo de producción, minimizando tiempos y errores.

En el mismo sentido, las plantas doble juntas permitieron soldar dos tubos de 12 metros cada uno, para bajar al terreno los caños ya con una soldadura previa y minimizar los traslados y las tareas en la traza, lo que contribuyó al salto de productividad en el proceso la construcción en tiempo récord.

Pero además de lo cuantitativo, al reducir los plazos de los 24 meses originales a sólo 10, se generaron nuevas capacidades locales para el uso de este tipo de tecnologías, lo que dejará operarios ya formados para el desarrollo de las futuras obras de ampliación del sistema de gas proyectadas.

Las empresas llevaron adelante diferentes estrategias de contratación, tales como priorizar las propias redes de reclutamiento para convocar a sus expertos de todo el país, a partir de bases de datos y bolsas de trabajo, y la articulación con gobernaciones provinciales, intendencias locales y delegaciones regionales de la Unión Obrera de la Construcción.

La prioridad fue la contratación de trabajadores provenientes de las provincias donde se realizó la obra, para la cual se incorporaron 340 mujeres que representaron un 6,9% del total, pero en casos específicos se debió recurrir a expertos calificados del exterior.

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