Carina Isabel Choque tiene 22 años y vino a la cosecha de la uva en Mendoza junto a su marido, Sergio (40), su hijo de tres años y otro en camino. Llegaron desde Jujuy escapando del hambre: se habían quedado sin trabajo dos semanas antes de llegar a esta provincia. Fue una de las vendimiadoras que esperó durante días en la Terminal asistencia y comida, que le llegó de manos voluntarias de organizaciones barriales y de Derechos Humanos.
Carina y su familia trabajaron en la vendimia en la finca Eloy Guerrero, de San Martín. Al terminar, una empresa de transporte que no tenía los papeles en regla la subió a ella y a los demás cosechadores para llevarlos hasta la Terminal de Mendoza, desde donde volverían a Jujuy.
Pero esta vez, las frecuentes irregularidades que rodean a la vendimia en Mendoza -obreros acarreados en camiones, transportes flojos de papeles, controles de vista gorda- se toparon con las nuevas reglamentaciones por la pandemia. Esta vez sí hubo inspecciones rigurosas a los permisos de circulación. En uno de los controles camineros, el micro que transportaba a Carina desde el Este a la Capital mendocina fue detenido.
“Parecíamos delincuentes”, contó Carina sobre ese control. Estuvieron varados allí por 7 horas, y luego fueron trasladados a la terminal de Mendoza en medio de un fuerte operativo de Gendarmería Nacional. En el trayecto de ese viaje, Carina resbaló en las escaleras del bus y por el fuerte golpe comenzó a sentir dolores abdominales, llegó a la Terminal con pérdidas.
En la Terminal, miembros de la Red de Derechos Humanos Mendoza llamaron al SEC el sábado. "Nos dijeron que la tenía que atender un médico en la Terminal. Como no había médico en la terminal seguimos insistiendo con el SEC. Llegó la ambulancia como a la hora y media, la revisan adentro, y le dicen que había que llevarla al hospital para hacerle una ecografía, pero que estaban demorados", contó a EXPLÍCITO una integrante de la red.
Acorralada ante la opción de no poder volver a su provincia y después de varios días de estar sin asistencia estatal de ningún tipo, Carina sintió que no tenía más opción que esperar en los pasillos de la Terminal. No quiso ir al hospital. “Vino la ambulancia y me querían trasladar una semana al hospital, pero no yo podía perder el colectivo”, contó al diario jujeño El Pórtico.
Antes de irse, los médicos le hicieron firmar unos documentos en el que ella se hacía cargo de su decisión de no ser hospitalizada, detalló. Carina llegó a Jujuy el domingo, en el puesto caminero de Pampa Blanca contó sobre la pérdida de su embarazo.
“Queremos estar con nuestras familias, y tener la atención medica que corresponda, me duele todo lo que pasa y el trato que nos dieron, somos trabajadores, no delincuentes”, cerró la joven sobre su experiencia como cosechadora en Mendoza y el rudo y largo camino a su casa.
Funcionarios de Suarez forzaron a cosechadores a posar con un cartel de agradecimiento