El Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA-CONICET) emitió un dictamen contundente el 22 de abril de 2025, recomendando no aprobar 17 proyectos mineros en el Distrito Minero Malargüe Occidental (MDMO 2) de Mendoza. En rigor, pide no avanzar con 8 y suspender 9 hasta que haya más información.
El informe, dirigido a la Dirección de Minería provincial, alerta sobre impactos irreversibles en glaciares, ambientes periglaciales y vegas altoandinas, violando la Ley 26.639 de Protección de Glaciares.
El Gobierno de Mendoza admitió la existencia de glaciares en la zona, sin embargo, buscando mostrar que hay controles y transparencia ordenó detener dos de los proyectos, pero avanzar con otros 27. En esa instancia, llamó a una audiencia pública el 12 de abril, la suspendió, y volvió a llamar para el 10 de mayo.
Hay una cautelar en la Corte
La Justicia Federal de Mendoza declaró su incompetencia para resolver la demanda presentada por organizaciones ambientales contra los proyectos de exploración minera en “Malargüe Distrito Minero Occidental”. Fue a partir de una cautelar que pedía no avanzar con la exploración hasta determinar el riesgo en los glaciares, y ahora la demanda será remitida a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El fallo de la cámara va en coincidencia con lo resuelto por el juez Pablo Quirós a fines de 2024, quien remitió la causa a la Nación.
La demanda original fue impulsada por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y OIKOS Red Ambiental, quienes buscan detener la exploración minera en Malargüe hasta que se presenten estudios ambientales e hídricos detallados. Las organizaciones argumentan que la protección ambiental exige medidas precautorias.
Ambiente periglacial en riesgo
El IANIGLA enlistó los proyectos que ponen n riesgo los ambientes periglaciares, y advirtió que la minería en estas zonas alteraría ciclos de congelamiento, permafrost y recursos hídricos.
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8 proyectos (Angélica, Chamamé, Excalibur, Mel, Piedras Verdes, Sofi, Villagra y Tango) se ubican totalmente en zonas periglaciales, protegidas por ley.
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9 proyectos más (como Cuprum, El Destino y Titán) tienen entre 37% y 72% de su superficie en estas áreas sensibles.
Falta de estudios locales
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Los informes mineros usan datos climáticos de Malargüe (1426 msnm) para zonas que llegan a 4400 msnm, ignorando variaciones críticas en temperatura, nieve y vientos.
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No hay análisis detallados de riesgos por avalanchas, aludes o contaminación por material particulado en glaciares.
Vegas altoandinas y agua en peligro
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Las vegas (humedales de altura) no están mapeadas con precisión, pese a su rol en la biodiversidad y provisión de agua.
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Proyectos como Elisa afectarían la segunda vega más grande de los Andes Centrales.
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Varios emprendimientos están en las nacientes del río Colorado, vital para 5 provincias.
Las demandas del IANIGLA
El organismo recomendó:
✅ Estudios climáticos y geomorfológicos detallados por proyecto.
✅ Cartografía precisa de glaciares, permafrost y vegas.
✅ Evaluación de impactos indirectos (como contaminación por polvo en nieve).
✅ Cumplimiento estricto de la Ley 26.639, que prohíbe minería en ambientes glaciares y periglaciales.
Contexto legal y controversia
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La Ley de Glaciares (2010) fue un hito ambiental, pero su aplicación enfrenta presiones de sectores mineros.
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IANIGLA señala que los proyectos no especifican ubicación exacta de perforaciones o caminos, imposibilitando evaluar riesgos.
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Cambio climático agrava el escenario: proyecciones indican menos nieve y más temperatura en la zona, reduciendo recursos hídricos.